Mostrando entradas con la etiqueta DEDICATORIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DEDICATORIA. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de agosto de 2022

Y, Yo, mas...



 Te escribo por aquí, en familia, no necesito publicarlo por las Redes Sociales. Con que Tu lo leas y tus seres queridos lo compartan, tengo bastante. Te escribo, para decirte que TE QUIERO, porque se, que vas a contestar lo mismo de siempre Y, YO MÁS, pero es que yo, necesito decírtelo, una vez más, hoy, en Tu cumpleaños, no importa cuantos cumples ni cuantos cumplas, te seguiré diciendo que Te quiero, eternamente. Un año más, y me han bastado, solo dos días contigo, para pasar la mejor Semana Santa de mi vida, no me quiero ni imaginar, lo que tiene que ser, pasar juntos la Semana completa. Lo conseguiremos, bien lo sabe el Señor. Pero eso no es lo principal, lo verdaderamente único es Tu persona, la Luz que desprende Tu mirada, ese don que te hace tan especial, para la familia y en particular, para mi. Tu continua sonrisa, es causa de nuestra alegría; tu amabilidad, tu afán de servicio, tu obediencia y sobre todo, el cariño y la entrega que dispensas,  a tus padres, abuelos, tios y primos. No lo digo  yo, toda la familia, esta prendada de ti... Y sabes, ¿porque?... Porque en la vida es necesario saber expresar los sentimientos, emocionarse, para emocionar a los que están a tu alrededor, no solamente acompañar, sino dar compañia, compartiendo lo que se vive, y viviendo todo lo que se comparte. Tu, además de ser todo eso, sabes demostrarlo. Por eso, Tu, eres para mi y así, lo creo, un ser especial en todos los sentidos. Un futuro hombre bueno, espejo de tu padre, fiel reflejo de tu madre, en su afán de servicio y entrega a los demás. Sabes, que todavía, siento tu mano cogida a la mia, abriendo nos paso, entre la espesa bulla, seguros el uno del otro, felices, disfrutando de vernos disfrutar juntos y así, hemos Estado, en espíritu, unidos siempre, todos los días, semanas o años. Por eso me parece tan poca cosa, felicitarte en tu cumpleaños, que más que desearte lo mejor que se le puede desear a una persona tan amada. Te repito, una vez más, que TE QUIERO, como siempre te querré por los días sin término y si acaso te lo dejó escrito. Y, YO MÁS... Ah, y VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA. 


A Daniel, 23 de Abril 2022

su abuelo AsierraEscobar. Te escribo por aquí, en familia, no necesito publicarlo por las Redes Sociales. 

A Daniel, 23 de Abril 2022

su abuelo AsierraEscobar. 

lunes, 30 de septiembre de 2019

TENGO SED (a Jesús Rodriguez Castro)

a Jesús Rodriguez Castro E.P.D.

        Tengo Sed, como la hoja del álamo; Sed de tu altura que señala el cielo, el sepia de una tarde del otoño, que lloraba a un "niño imaginero". Tengo Sed de esta vida indolente, en la ausencia de aquella a quien hecho, tanto en falta, mirando hacia el árbol de Tu cruz sin su consentimiento. Sed de Amor y Justicia que es fruto de la Paz frente al trato violento, a saber cuando la canastilla, cada arista rozaba en un rezo. Tengo Sed, de avenida anegada, en la tarde -palomas al vuelo- buscando el dolor que adolece, la Salud que suplica en el lecho. Y al mirarte, la Sed me saciabas -bien es verdad, Santo Cristo en consuelo- cuando en tí recordaba al amigo, que oficiaba con brío y con celo, bajo el viejo cancel de priostía, sacando brillo donde no hay más precio. Sed de Nervión Palabra encarcelada que mi ansiedad trocaba en leño seco y en tu boca entreabierta se agrietaba como un responso que se eleva al viento. Te veía Señor y no acertaba, creer que hace cincuenta años, hubo un tiempo, en que tu augusta Sed se recortaba en la ojiva soleada de los sueños. Sed para la Salud, Desamparada, de aquel otro Jesús que marchó presto, sin apurar sesenta madrugadas, esperando en la Puerta aquel encuentro. Señor de la Salud y el Buen Viaje, Madre del Desamparo y el Consuelo, que brille sobre el la Paz ecuánime y encuentre en esa Sed, descanso eterno. 

jueves, 4 de julio de 2019

tu escudo invencible





Menudo sueño has tenido, un sueño de superhéroe, tan intenso y profundo, que el mismo Capitán, apareció en el alfeizar de tu ventana y te prestó su invencible escudo.
 Imagínate Manuel, el verdadero escudo del Capitán América, el arma infalible que lucha contra los enemigos del bien...¿te acuerdas, tu te acuerdas, Manuel? ...y ahí estás, luchando, como un héroe, auténtico, con tu máscara, protegiendo tu cerebro. Tu sabes que no estás solo, que aquí estamos todos, tras la burbuja protectora que ha trazado tu madre, tu padre, tus abuelos, tus tíos, primos, familiares y amigos convertidos en legión.
 ¡Que fuerte, Manuel, que bien lo estás haciendo, cuanta inocencia y ternura en la plenitud del combate!...por si fuera poco, el alfeizar de la ventana, se ha llenado de refuerzos, alli, están los puños de ¡HULK!...el increible ¡Hulk!, el feo, en el que tu, te transformabas, para asustar con su irresistible fuerza bruta, a los enemigos...¡verde que te quiero verde!...¿tu te acuerdas, Manuel?...como el Betis, tu equipo irrenunciable.
 ¡Lucha, Manuel...que bien lo estás haciendo, con tu escudo, con tu máscara de IROMAN, con las telas de araña de SPIDERMAN y el martillo infalible de THOR!...no hay mal que pueda vencer la inocencia de tu sueño, ni síntoma que abarque la supremacía de los dulces brazos de tu madre, ni malestar que apague la música, el color, las canciones, los personajes y momentos imborrables, que enciende tu padre, en la pequeña pantalla de tus mejores recuerdos.
 ¿Escuchas de fondo la voz melodiosa de tus abuelos, vigías de continuas promesas, que no dejan de envolver, los regalos y caprichos que te esperan. Cuando vuelvas del combate, totalmente restablecido y las hadas de los cuentos, borren con sus mágicos algodones, los rasguños de tus heridas, porque eres ¡el más fuerte, el más valiente, el niño bonito de los superhéroes!...haremos una gran fiesta en la ciudad de los sueños, lloverá, la más grande piñata y todos tus amigos, verán con ojos llenos de asombro y admiración, al mismísimo Capitan América, como baja a recibirte, para que le entregues, el escudo poderoso e invencible que te ha protegido y librado del mal. AMEN

miércoles, 27 de febrero de 2019

Que no se pongan medalla




QUE NO SE PONGAN MEDALLA, quienes con prisas corrieran a concedérselas ¡VAYA! cuando en vida solo quedan tres ases de la baraja de la cuna cigarrera. Que no se pongan medalla, que la medalla más cierta, ya la tienen los maestros, LOS ROMEROS DE LA PUEBLA, que a gala y honra son dignos de lucir en la pechera, el galardón más sublime. SER Profetas en Su Tierra. Y su tierra Andalucía, a la que tanto veneran, no le debe más que el verso de toda una vida entera, cantándole sus Amores que llevaban por Bandera. Que no se pongan  medallas, que las medallas no quieran ponerse los que a deshora, saldar la impagable deuda, que se debe a los ROMEROS, aunque al cabo ELLOS lo dieran -TODO- a cambio del aplauso desde el principio al omega en todos los escenarios de su brillante Carrera. ...."Cuarenta y cinco los años, que llevamos a tu vera"



Pero el Pueblo al que han cantado, con tanto estilo y entrega, con el registro sagrado de sus voces ribereñas, con su inconfundible estilo, con lo mejor de las letras compuestas por sevillanas que todo el mundo corea, ya le puso la medalla de toda una vida llena en su amable sintonía, en su inconfundible estela, perfumando los caminos desde Sevilla, hasta Lleida, desde Gerona hasta Cádiz, desde Pamplona hasta Ceuta, desde Gata al Santo Reino, desde el Guadiana hasta el Sena, de la ciudad de la Luz, hasta Málaga la bella, desde Córdoba la llana, hasta la orilla de Huelva, desde la Alhambra  a Almería, desde el Rocío hasta la PUEBLA...un guadalquivir de coplas que de ROMERO se impregna, para perfumar la orilla de suspiros y leyendas, hasta llegar al buen puerto de aroma camaronera. El Pueblo sigue queriendo, y lo sabe a ciencia cierta, nuestra noble Andalucía, que no hay quien más se merezca, esa dichosa medalla, que los políticos niegan...pero hablando de política, no merece ni la pena...ya se sabe, que a Iscariotes, ni a promesas fariseas, no le gana ni el mismísimo -traidor- que se apareciera, 

En el día de Andalucía, un año más a la espera, nos quedamos con sus coplas,¡ ROMERISTA HASTA QUE MUERA!, para volver a escribir, la carta de nuestra queja, habrá una carta más linda y bien cantá, que a Manuela y aunque el tiempo fugitivo, no se pare ni detenga, duraran nuestros anhelos eternamente, que es tan grande el consuelo que el alma siente, al saber que ROMEROS, ¡ROMEROS SIEMPRE!!



sábado, 10 de noviembre de 2018

AMPARADOS

a Amparo López

Erase una vez una pareja de enamorados que «divagando por la ciudad de la gracia», celebraban el día del Amparo. Era una tarde tibia de otoño, tan agradable, como iluminada por el mejor ORO viejo del sol, que derramaba sus rayos, dorando con primor, el perfil de Las vetustas cúpulas y espadañas. Dejándose llevar por los alados pasos del romance, paseaban perdidos de la noción del tiempo y el espacio, pusieron sin saberlo música de fondo a las palabras eternas que hacen infinitos los instantes y se graban para siempre en la memoria, perpetuando el recuerdo.
 Por el compás de la Laguna, Amparo despertó del letargo que sume a los enamorados en la nube de la dicha, inhalando aquel otro aroma que sitúa las almas, en el tiempo sin fecha, donde Sevilla derrama su intransferible fragancia. «huele a Semana Santa», -músito la joven-...también a azahar o a nardos...Y sin ser primavera, ni semana Santa, ni estando el naranjo en flor, el otoño, donó la armonía suficiente, para que pareciera,  el tiempo que en realidad era, -un mágico contraste de sereno atardecer-, templado y dulce, con sabor a almendras garrapiñadas sobre un ocaso que bajaba desde el Altozano, como la Centella de la canastilla del Señor del Gran Poder.
 Amparo vio el cielo abierto, cuando apareció la Virgen, vestida de sol, bajo el dosel primoroso de los azules cobalto del cielo que escogió Sevilla para la Magdalena. A la joven se le iluminó la cara, cuando preguntó por el nombre de la Imagen y alguien respondió: «La Virgen del AMPARO»...¡Anda, que suerte...mi Virgen! Y todo encajó a la perfección, desde aquel momento, en que se alinearon los astros de la casuística.
La madre de Amparo, había vivido en Pastor y Landero, junto a su tía, que se llamaba Amparo.  Amparo le puso de nombre, su madre, en honor de su tía, que era a su vez su madrina. Por parte de su novio, delante del altar de la Virgen, titular de la Parroquia, habían contraído matrimonio, los abuelos maternos, a los cuales le unía una estrecha relación con la Parroquia, pues se habían criado en el ARENAL.
Así pues, nada sucede por casualidad, todo tiene su causa y efecto, si el mundo es un pañuelo, Sevilla lo embriaga y se lo pone de adorno en la solapa. Amparo, selló aquella tarde, ante el paso de María Santisima del Amparo, la promesa, de acudir -todos los años- para ver la procesión al lado del que hoy es su marido. Como no podía ser de otra manera, con el paso del tiempo,  la Virgen bendijo su feliz matrimonio, con dos preciosos hijos, nietos del que suscribe así como alegría y orgullo en el otoño de nuestras vidas. La promesa de Amparo, se convirtió en hermosa tradición familiar de ver a la Virgen y celebrar con el ágape su onomástica en familia, todos los años. Doy Fe.

EPILOGO:  Para poner el punto final a este cuento, convertido en realidad, tengo que confesar el no saber, como FELICITAR a su protagonista, Amparo -mi querida nuera- solo puedo añadir de tan inigualable madre, esposa, hija y mejor persona, que Ella sabe muy bien lo que siento, porque es lo mismo que yo siento muy bien por Ella. Nosotros nos entendemos ¿Verdad, Amparo?  Nos vemos, delante de la Virgen.

viernes, 29 de abril de 2016

EL AMOR, estrena MADRE

a Reyes
El rostro de Dios, nadie lo ha visto. El Dios necesario, trascendente e infinito, no lo conoce el hombre. Solo el Amor de Dios Padre, logró ponerle rostro y sustancia a la Segunda Persona, presente en el Santísimo Sacramento del altar. Es el Dios encarnado, cuya definición indefinible, revela el Apostol San Pablo con lengua de Angeles en la sublime carta a los Corintios, inspirada sin duda por el Espíritu Santo.  El AMOR único a la altura humana solo es posible en la tierra, de la mano de una Madre. La Virgen Santísima, madre del Dios encarnado, es la imagen viva y eterna del Amor de Dios, el Amor imposible fuera del diálogo interTrinitario que se establece en la unción materno filial entre María y Jesús.
 La Bienaventurada María, presenta ante el mundo, la mirada del Dios viviente, el Amor en pañales, el Amor recién nacido, que al adorarlo se hace idéntico al ser humano, amándonos como el primero, De El, la madre del hijo de sus entrañas, la madre que amamanta, la Madre que da sentido al Amor, al único y verdadero Amor de Dios trascendente. Nadie ha visto ni verá tanto amor fuera de una Madre. Nadie conocerá el Amor como el de una Madre con el hijo en sus brazos. Nosotros sentimos ese Amor filial que se hace capacidad, para que seamos torrente, al ser creado por la providencia de Dios. Por eso no hay palabras para definir el asombro de este Amor único, que recibe en su regazo la obra cumbre de la creación, el ser más perfecto y a la vez más indefenso, el más necesario y a la par más necesitado de Amor.
 El día de la Madre, es el día del Amor de Dios, de ese Amor trascendente e infinito, que solo el Padre Eterno a puesto a disposición de la nueva Eva. Contemplad la foto de una parturienta al punto de dar a luz; contemplad que en sus gritos desgarrados, que en el apretado dolor de forzar sus entrañas, que en el estertor caótico de su descomunal empuje, está la mas grande de las alegrías. Las lágrimas purifican sus temores y al punto se tornan en llanto emocionado que celebra el gozo. La luz en estado de nueva Esperanza lo inunda todo. Ante la contemplación de una Madre, se cumple el milagro de la vida y cobra sentido el misterio que toda religión encierra, tanto en el aspecto material como en la carga espiritual que supone dar a luz, concebir el ser imagen y semejanza de todo un Dios verdadero, que nos regala en el don maternal, el AMOR, que espera, que fía, que no pide, que no tiene envidia, que no se engría.
 No hay mas que ver en el rostro de una Madre para creer, en ella para siempre. La ternura de su mirada es un acto de fe en sí misma. El brillo de sus ojos deslumbra las palabras; su torva faz cuando intenta reprenderte, te provoca sonrisa. ¿A quien acudiremos cuando estemos tristes, cuando el dolor o la enfermedad nos cercan; cuando los problemas parecen no tener otra salida? Es prodigiosa la respuesta de una madre ante nuestras dudas; lo que sabe de nosotros; lo que entiende sin necesidad de aprender más, que de su instinto creador-maternal. Si alguna vez que otra nos resulta implacable su afán de protección, más grande se hace con el paso del tiempo, la herencia que atesora su vida en duermevela, siempre al atisbo, siempre dispuesta, en alerta del horizonte, por si nos ve llegar, correr a recibirnos como el Padre misericordioso, que se adelanta, para reducir el más leve gesto de humillación y ofrecernos el lecho siempre cálido y la leña perenne y encendida del hogar. Porque el Amor de Madre es el mismo Amor de Dios, infinito y trascendente, que posee entre sus muchos dones, el vernos siempre como niños.



miércoles, 23 de marzo de 2016

Me gusta, San Esteban

ME GUSTA, SAN ESTEBAN

Padre nuestro que estás en el cielo
Santificado sea tu nombre,
venga a nosotros Tu Reino...
Porque el Reino de Dios es muy parecido a un Martes Santo de la mano de un Niño y estoy seguro que debe tener el mismo color de San Esteban, cuando extiende el cielo de su Capa por la judería y explende de crema las paredes estrechas del vuelo de Aguilas. Decía su Hermano Mayor, cargando con toda la responsabilidad de sacar una cofradía a la calle: que su Junta de Gobierno había decidido hacer Estación de Penitencia...
Hagase Tu voluntad
en la Tierra como en el cielo...
Y al unísono se abrazaban acólitos y costaleros, nazarenos destocados de todas las edades, en un revoltijo de Fe, que se extendía como mar de lágrimas. Mi niño, confuso y entusiasmado, abría de par en par sus ojos de asombro y satisfacción y se aferraba a las manos de su abuelo. Por una mirada un mundo que lo despeja todo sin necesidad de palabras.
El pan nuestro de cada día
dánosle hoy...
pan hecho migajas de estampitas y caramelos, para los párvulos que anuncian la palabra de Dios sin saber el significado de tanta grandeza: “Pedid y se os dará...dad y recibireis”. Mi niño se cubría de gloria, bajo el capirote, pagando con el dulce amor de sus caramelos, todo el Amor que su tierna generosidad recibía. Sin perderme de vista, para que yo no me perdiera el orgullo de llevarlo a mi lado. El Reino de Dios ha de gustarse mucho del recorrido idílico que San Esteban había trazado con motivo de su 90 aniversario. Rodriguez Martín; San Ildefonso; Zamudio, San Leandro y Alhóndiga se perfilaban con puntadas de surtidores y conventos, para blanquear estrecheces paradisíacas, hasta alcanzar las anchuras de Imagen. El cielo no quiso esperar tanta dicha y se encapotaba con los peores auguríos.
El Dios de Abraham y Jacob, fiel a la Alianza del Antiguo Testamento, manifestaba todo el Poder y la Gloria de su nube, para abrirles las puertas de la Anunciación a su Divino Hijo, nuestro Señor de la Salud y Buen Viaje, Aclamado NO Burlado, bajo la inclemente lluvia.
Segundos antes de que ese nazarenito de mis entretelas, era retirado de las filas por Madre y las Santas mujeres que velaban por el, para tomar un refrigerio, antes de entrar en Carrera Oficial, se escribió la historia del inédito refugio del paso de Cristo en la sede de la hospitalaria Hermandad del Valle... y vinos entrar en su trono de fuego dorado, al Señor de la ventana entre un clamoroso aplauso... y sin solución de continuidad, su Madre bendita, María Santísima de los Desamparados, avanzaba precipitadamente por el pasillo de Amor filial que le habían improvisado sus hermanos buscando en todo momento a su Divino hijo, entre emociones y lágrimas unánimes que se confundía en el esplendor de su candelería en ascuas...¡que lástima!...pero ¡que incomparable consuelo, presenciar que el Señor hace NUEVAS, todas las cosas!.
Perdona nuestras ofensas
así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden...
Tiempo muerto, impás para relajar nuestras ansias y necesidades, bajo los arcos que circundan los patios de la Facultad de Bellas Artes. Tiempo para la oración íntima y encargada por nuestros hermanos. Tiempo de concertar el desconcierto de una cofradía descompuesta en su orden. “Por su dolorosa Pasión, Misericordia Señor para nosotros y las víctimas del salvaje atentado por el que ofrecimos nuestra Estación de Penitencia”. Misericordia, Señor por tantas intenciones depositada bajo la túnica de este nazareno, que no tenía ni la mano de su Niño en esos momentos para aferrarse...No tardó el cielo en despejarse, aspirando todo el Azul de nuestras humedecidas capas. La cofradía color Sevilla, comenzaba de nuevo a formarse. “El Señor es compasivo y Misericordioso, lento a la ira, dispuesto al perdón” y escuchó mis plegarias. El Reino de Dios, parecido al Martes Santo, me devolvía esa mano menuda, imprescindible, cómplice de esta divina simbiosis que la providencia teje entre abuelos y nietos unidos en la Fe.
Y fuimos los dos, ese uno e indivisible que funde la diferencia de edad en un solo sentimiento. Y contemplamos, juntos, el prodigio de la Palabra; la buena nueva según Sevilla, que hizo posible el encuentro de dos pasajes: CORONACION y BURLAS en el mismo Evangelio. ¡Comprendes, Madre mía, como EL, hace nuevas todas las cosas!...
No nos dejes caer
en la tentación...Señor, perdóname, porque yo vi en los ojos de mi Niño, tu gracia santificante y fue entonces, cuando rompí la norma y corrí hacia el carro del hombre de la cera y cogí un cirio pequeño,- abandonado por otro Niño, que no quiso volver o no se lo permitieron sus mayores-, para hacer realidad el sueño que ardía en la mirada de mi nieto, radiante de satisfacción y lo coloqué en mi sitio de privilegio -el último tramo- tan cerca del Señor, para alumbrarlo de vuelta, cuando la tarde caía en su ocaso más indescriptible de azules San Esteban. Sí hermanos, todo fue tan hermoso, desde entonces, que el Reino de Dios, se parecía a un Martes Santo insólito de contrastes y estética... hasta la Luz destemplada de las “setas”, semejaba una cúpula fantástica, un “arca de la alianza”, entre la ingente multitud que presenciaba el misterio de la “Burla” al compás de “chicotás” valientes, poderosas, admirables y dignas del más puro clacisismo, en profusión de marchas escogidas para la gloria.

Y líbranos del mal...
Señor si acertamos o erramos, todo sea por dar testimonio de Fe... y a mí no hay quien me quite, que San Esteban, cumplió su misión con creces. Porque este nazareno abuelo, que no deja de alabarte y darte gracias, por haberle concedido la inmensa dicha en el Amor de acompañarte de la mano de mi Miño, -un años más-, escuchando lo que vi y viendo lo que escuché de su boca -aún sino creyéseis- Mirad y ved, que Bueno es el Señor, : “Abuelo estás rezando...sí, mi vida”... “Abuelo yo también voy rezando, para que tu me dures muchos años”. Como decía el poeta: ¡Tanto Amor, quien me lo quita!...¡Tanta dicha, quien me roba!

AMEN.

viernes, 4 de marzo de 2016

Cuando nadie espera la Esperanza

MIERCOLES DE CENIZA
a FERNANDO CARRASCO

Amanece el día con nieblas de Viernes Santo, brumas que ocultan el sol de la Vida y redoblan en el cielo con sordos palillos sobre el pellejo destemplado de la muerte. El hombre que esculpió a Dios murió joven, en la flor de cuaresma, inopinadamente; dejando el aire que dobla las aristas de San Bernardo, consternado e incrédulo. La Salud del hombre, quedó crucificada en el árbol eterno de este Viernes primero de Marzo, busca Refugio en los ojos vidriados de la Madre dela Misericordia. Roto y frío el soplo de tristeza como filo de espada, se clava en el alma; la seda y el percal de la palabra, se queda plantada en el tiempo, varada en la verónica de Curro, dibujada con gubias astifinas en el anillo maestrante. Las cosas hieren más cuando menos se esperan. Que terrible el tiempo cuando nos coge desprevenidos, no hay pecho destrozado ni corazón que valga para llenar el vacío del brujo de Triana. Solo el Betis, le dedicó un pellizco de gloria. Maestro y alumno se miraron vencidos por el dolor inesperado que cubría las sombras del Patio de la Santa Caridad, como un velo de luto barroco. Nada parece verdad, cuando la verdad se asienta en su salón del trono. La Fe, cae a desplomo, el cuerpo no reacciona, no hay consuelo de santos, ni resignación de mártires, ni explicación de sabios ni oradores sagrados. La muerte vence a la muerte in “ictus oculis”, “memento” de un polvo y ceniza, que no se sostiene en discernir de la razón. La gloria se lleva a los mejores y no hay más verdad, que esa zancada imponente que calla las bocas y reduce a los soberbios. Silencio, profundo e insondable silencio que provoca a la misma Esperanza erguida en septenario. El Señor es cautivo, con las manos atadas y la soga al cuello; rogad a Dios en Caridad, aunque nos lo impida el llanto. Volveremos a ver a Fernando, la muerte es poco, mucho menos que el ser humano, que el carisma intrínseco de las buenas personas, mucho menos de los que cincelaron la escritura de las bellas artes y comentaron el hito de la ciudad de los enamorados, con la mejor oratoria. En el Vía+Crucis de la Pía Unión, aquel que sale de las mismas entrañas del pretorio de Jerusalem, saldrá la comitiva; Fernando Carrasco irá presente, blandiendo el cirio de la Luz perpetua, como cofrade eximio de la más honorable cofradía de Sevilla, Concédele Señor el descanso Eterno. 

viernes, 26 de febrero de 2016

TODO POR LA MADRE

Cuidado con los Fariseos; con los aviesos escribas, pendientes de lanzar la primera piedra. Los ignorantes, los descelebrados “sabelotodos”; los que asaltan y difaman, profanan y atentan contra la inteligencia. Mucho cuidado con aquellos avizores que están pendientes de las cosas de Dios, más que del cumplimiento de su palabra, la práctica del perdón y el ejercicio de la Misericordia. -Protégenos, Señor- de aquellos que saben las citas del Evangelio, para utilizarlas según sus intereses partidista; Ateos expertos en teología; diablos de la Fe -filium- sin obras. Si los unos se muestran como ultras y radicales de un marxismo, que murió por su mala praxis en los brazos de una Europa capitalista y atea, los otros -resentidos-, aún sueñan con el brazo derecho extendido, mirar de cara al sol con la camisa nueva de los viejos salvadores de dios y la patria. Cuidado también, cofrades y capillitas, no vaya ser, que al rasgarnos las vestiduras, nos pase como a los ancianos de Israel, que pensaron en sacar el Arca de la Alianza (las cosas de Dios) para vencer a los Filisteos y terminaron, vencidos y sin el Arca. Las Bienaventuranzas fueron proclamadas en el mejor Pregón pronunciado en la historia; Sevilla, experta en pregones y memorables pregoneros, tiene en D. Antonio Rodriguez-Buzón, el listón más alto, posiblemente no superado. Pero las Bienaventuranzas que proclamó el Cristo, junto con aquella oración que el mismo nos enseñó: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre”...además de ser insuperable, está escrito para siempre, por los cuatro evangelistas. Se lo puedan creer o nó, los que no practiquen, esto que viene a ser últimamente lo más revolucionario: Seguir a Cristo...sí “Ecce Homo” que presentado en Sevilla el Martes Santo, arrastra una ingente multitud, encierra un “cuerpo místico” que igualmente resulta increible de comprender en los tiempos que corren, donde -francamente- el laicismo, no necesita absolutamente para nada a Dios, aunque para bien o para mal, en el último de sus alientos, lo tenga siempre en la boca. Bien, para este extraño cuerpo místico, que no es otro que la Iglesia católica, existen unas obras de Misericordia .grandes desconocidas, como su catecismo, aunque ahora nos suenen un poco más con el jubileo de las campanas, en el Año de la Misericordia. Para los más revolucionarios -los cristianos cuasi subversivos de hoy en día- una de estas obras de Misericordia (llamadas espirituales), en el más difícil todavía, nos exhorta al Perdón más crudo: El Perdón exclamado por el Cristo de las Misericordias a punto de expirar en Santa Cruz. El nos da la libertad de Perdonar las ofensas, ¿incluso las ofensas a una Madre?...¡vamos, venga!...que hay que ser prudentes como palomas, pero astutos como serpientes...¿no lo dijo El, también?...¿no está escrito el ojo por ojo...¡hasta donde, vamos a tener que tragar los cristianos?...¡Pues hasta que nos duela!...¡incluso hasta desangrarnos como El en la cruz!...Porque es verdad que está escrito lo del ojo por ojo, pero El llegó más lejos, porque estaba conferido por la Autoridad del Padre: “Perdonad a los que os ofendan...poned, incluso la otra mejilla...porque si perdonais a vuestros amigos, ¿que mérito teneis?...Perdonad a vuestros enemigos, pedid por ellos...” Resulta absurdo, ¿verdad?, incoherente, irrisorio...Pues bien, ahí está el Reino, el Reino no de este mundo, sino de la Verdad y la vida, la misma vida ejemplar de una Madre Santa de todos los sevillanos, y cuando se escribe de todos los sevillanos, se subrraya de todas las ideologías y colores políticos y sociales. Una Madre Santa, cuya descomunal obra, maravilló y emocionó a los más radicales, ateos y anticlericales. Tu y yo, sevillanos de historia y tradición, sabemos en el alma, lo que Madre Angelita, diría de todo esto que estamos viviendo, de esta sinrazón, de este atentado contra la inteligencia y la raíz más profunda de un pueblo...Madre Angelita, no diría nada, no abriría su sonriente boca , ante parecidas falacias, no perdería un ápice de su entregado tiempo, consagrado a los más pobres y menesterosos, simplemente -ruborizada y ligera-, correría, menuda y ardiente a dar gracias a Dios y pedir por aquellos, que no saben, que no conocen, que no han tenido la dicha de cargar con la Cruz e ignoran que cuando desprecian la cruz de sus hermanos, Ella, la madre Santa de toda Sevilla, AGRADECIDA, corre a recoger el peso de tantas ofensas, para la salvación de nuestras almas. ¿Encontrais la diferencia?

viernes, 29 de enero de 2016

Sesenta cumplidos

Querido niño; ¿a que mundo vienes? Que dá miedo pensarlo. Muy pronto verás la luz, luz de la sala de parto, encendida en luminaria de lunas de flúor blanco. Antes de abrir esos ojos de placenta legañados, descubrirás sobre el pecho de tu madre, aquellos brazos, que ya serán de por vida, las amarras de tu llanto. Escucharás la alegría, que del gozo de los labios, sale en cascada de risa, por cuantos te acompañamos...Déjame que te imagine, hoy cumple 60 años, quien sin saber que jugaba, jugó a jurar, tan temprano ante el altar del SÍ QUIERO, un compromiso sagrado. ¡Que ilusión de sacramento! -cuesta arriba y cuestionado- por la edad tan repentina del Amor apasionado. ¡Que ilusión tan ilusoria! Un hogar sin meditarlo, para que pensar en ello, si el Amor no es mal pensado. Si el amor no tiene planes, más que el plan que está en las mano de Aquel Señor que nos fía, Amor sin pedir a cambio. Y así llegó el primigenio, con nombre de Rey, Fernando, a limar las asperezas, a estrechar todos los lazos, a unir a todo el que tuvo, cualquier duda al abrazarlo, porque un niño es como un dogma de fe, con pan bajo el brazo. Y así llegaron los otros, varones que cumplen año, en la cosecha de octubre y en el noviembre dorado. La escalada siempre es brusca, cuesta arriba, cada paso, sin mirar al precipicio que van dejando los años, cuando la cima te asusta y el vértigo del fracaso, hace que pese la vida, más que coronar el alto.
Déjame que te imagine, -hoy cumple 60 años-, quien no se dio por vencido de los que nunca apostaron, por la fe del buen camino y si ambicionó -fue algo así- como hacerle frente a las deudas que contrajo, con sus fuerzas de flaqueza, parca moneda de cambio, a lo mucho que exigía la obligación en su pago. El tiempo da la razón que no entienden los diablos, porque corazón no tienen, pero el corazón es sabio y siempre encuentra razones, donde la razón no extrajo. Siempre la fuente da agua, donde el amor llega ávido -de sed- a beber el agua, fresca que brota del caño. Y así tantas veces fue a la fuente el viejo cántaro, que se rompió en el deseo de ver cumplido su encargo. Aguas benditas rompieron, el más esperado parto, la niña más deseada, el sueño soñado tanto, se hizo realidad un día, la noche de aquel verano...¿recuerdas? Lo prometistes, al 33 de tus marzos, la misma edad que tenía, el Gran Poder del Calvario.
No hay Dios, que pueda con El, la Verdad que declinamos, mirando hacia el otro príncipe, que tanto nos pide a cambio. ¡Pídeme que soy muy rico!, adórame y ten prestado, este cuerpo que es de culto, ríndele culto sagrado; Toma y mírate al espejo, no importa lo reflejado: si tu no te ves, hermosa, te pongo el mundo en tus manos; la ciudad de los potingues; el reino de los calzados, los tacones imposibles, los pechos más deseados, las caderas más sinuosas y el culo más torneado. Y créetelo para siempre, nadie más que tu, ¡cuidado!
Que si no crees en ti mismo, ¿con quien irás confiado?. Reconoce que en el mundo, no hay quien de más, ¡por Dios Santo!...ten ambición, lucha, pisa, compite, gana, y pasando, lo de más es lo de menos; el éxito asegurado, después, si acaso, el dinero lo compra todo...¡Diablos!

Déjame que te imagine, hoy cumplo 60 años, no tengo edad para hablarte como lo tienes de claro, este presente que rinde culto al Ego idolatrado. Ni tampoco soy tan viejo para no ser escuchado; aunque mi ejemplo no cunda, ni mi consejo avalado. Sólo me mueve la Fe, que es un don tan agraciado, que si siembras su semilla, da un fruto multiplicado; no es que acerque la Montaña, es que solo con un grano, semejante a la mostaza, hace auténticos milagros. La ofrecí a los dos primeros, nietos, que sabes que amo; y la presté en mis oídos, abiertos para escucharlos y se la miro en sus ojos brillantes, siempre brillando y en su olfato de sabuesos en guardia curioseando, y le sale por sus bocas, dando gracias con vocablos, que no son dignos de un niño, sino del Padre más sabio. Con la Esperanza que es Virgen, madre de los sevillanos, vengo a recibir al niño, que me traes como regalo...déjame que te imagine...¡no puedo ni imaginarlo!...mi niña, tan deseada, dando luz, si hasta hace un rato, la recogía del colegio..¿recuerdas?, si era ayer, cuando -tu primera comunión- y ahora me encuentro esperando; esperando nuevamente, la luz que está despuntando. Será esta noche, mañana, tal vez mañana o pasado, quien lleva sangre de Reyes, tiene el séquito formado, para rendir sus honores, bendecirlo y adorarlo...¡que viene Dios con nosotros! - ¡que nombre más inspirado! - Enmanuel, Manuel querido- ¡cuando tu quieras, aquí estamos!

miércoles, 30 de diciembre de 2015

FELIZ AÑO ENTERO

A José de Arimatea

He vuelto al lenguaje de los ángeles y los santos; he cruzado con mis piés tus umbrales; He escuchado atentamente la palabra que tenía olvidada en mi memoria. Lo he hecho de la mano de mi hermano en Cristo. No llevamos la misma sangre, porque aquel que reza oficialmente como mi hermano, ha despreciado a este hijo pródigo, que ahora se vuelve en alabanza, hacia aquel otro con el que se ha reencontrado en el camino. El lenguaje que he vuelto a practicar, habla solo de paz; sirve solo de alivio para las penas; hace el bien que desea; se une en la comunión de los santos; te recibe con alegría y te abraza en plenitud. Sus palabras son de consuelo y ánimo; sus gestos exquisitos; sus formas especiales: siempre atentos, cordiales, dispuestos, unidos en la Fe y por supuesto, libres y orgullosos, en la aplastante revolución que supone en nuestros días, proclamar, la siempre buena nueva, de ser Cristianos -discípulos de Cristo-. Probablemente, este lenguaje, no encaja en el devenir del hombre, que se enfrenta, cada día a la batalla de sobrevivir en un mundo globalizado, que como su adverbio de modo indica, no deja de dar vueltas, en un frenesí constante de masiva competición. Y todo, para alcanzar las metas volantes del éxito profesional, que cada vez se corresponden menos, con la preparación académica y méritos propios de los contrincantes. Los títulos académicos, las diplomaturas, los “máster” universales, se amontonan como los “curriculum” en el valle del ninguneo. La necesidad de un puesto de trabajo, no solo establece las diferencias de clases, sino que se ha vuelto imperiosa y obedece más al bombo de la suerte, que a la garantía de una especial preparación. Y no quiero entrar en más detalles, ni por supuesto, en el terreno farragoso de la política, donde hasta la ilustre democracia, se convierte en esclava de lo que el mismo pueblo ha decidido en las urnas. Vuelvo a ese lenguaje caduco y hasta cierto punto estrafalario, que los laicos suelen denominar, mentira y falsedad de una religión, que como todas las religiones son, el consuelo de los tontos y fracasados del pueblo. Efectivamente, resulta ridículo el mensaje de la verdad y la vida, cuando se vive tan de espaldas a la Verdad. ¿Quien pondría hoy la otra mejilla?, ante la violencia y la ofensa del prójimo...naturalmente un tonto, como Francisco, o un juglar como el mismo santo de Asís. ¿Quien llamaría Bienaventurado a los que sufren persecución por la justicia?...quien, mirando las dos caras de una misma moneda, sentenciaría: “Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del césar”...quien, sin tomar medidas de salud pública, se juntaría con los leprosos, con los que convalecen de oscura pandemia; con los enfermos y asolados por infecciones mortales de necesidad...Pero la verdad es que existen esas santas personas, que sin necesidad de otro credo más que el de la solidaridad y la ayuda en acción, construyen verdaderas catedrales al aire libre bajo el cielo raso de todas las Iglesias, cuyos voluntarios hacen lo que su inmenso corazón les dicta, inflamados por la divina misericordia. Este otro hermano en Cristo, con el que la divina Providencia, me ha reencontrado, carga también la cruz que todos llevamos, pero la lleva con la misma sana alegría y beatitud, tanto por dentro como por fuera, luce su escueto crucifijo a modo de colgante. Consuela al que llora, -que es hoy día, aquel que se queja y pontifica su desgracia, creyendo que logrará contagiar a todos con su intrínseco pesimismo. Nada de eso, mi hermano, lee en los ojos con claridad, porque refleja en los suyos, la gracia de los que no necesitan actuar como cómicos. Da testimonio de una fe y una esperanza plena en el Señor, que no necesita otro ejemplo ni obra, que su ejemplo de bondad y pura disposición. Es un abrazo vivo de buena ventura, que acoge y ampara a todos los que encuentra en el camino y nosotros despreciamos por su aspecto y color de piel. Sin distinción de clases, tendencias o credos, a todos nos habla en el lenguaje de los ángeles. Pero no de los que hablan como los ángeles, profesionales del panegírico, la retórica parca o el restañar de platillos, timbales y bombos de la orden de los predicadores, sino en aquel otro lenguaje musical y sublime, que amansa a las fieras, enaltece a los débiles y humilla a los soberbios, que no es otro que el lenguaje antiguo y siempre nuevo de la palabra de Dios, lo más subversivo y revolucionario que se puede practicar en este mundo de grandes avances tecnológicos e información inmediata, que vuelve, sin embargo a estrellarse -como en otros tiempos imperiales-, con su propia decadencia. Los últimos meses, mi hermano me ha devuelto una Paz que dormía abandonada en los mejores rincones de la memoria. Quiero darle las gracias por su presencia -alter ego- que retorna al camino de la verdad y la vida, que para este humilde narrador, no ha sido otro, que el que nos marca Cristo, el Señor de Sevilla que nace eternamente en San Lorenzo: “¡Alegraos, alegraos...no tened miedo...ni del peso de vuestra Cruz, ni del de las otras cruces, que el materialismo, la comodidad y el deseo, nos han impuesto, para que vivamos tristes, atormentados o sumidos en el pesimismo y la derrota!” Encomienda tu cuerpo, tu alma y tu espíritu a Aquel que percibe, quien toca su túnica en medio de la inmensa multitud: Hermanas, hermanos, la Fe te ha salvado, solo basta tenerla del tamaño de un grano de mostaza para hacer que se mueva una montaña. FELIZ AÑO ENTERO, VENTUROSO 2016


lunes, 14 de diciembre de 2015

MADRE EN LA PUERTA HAY UN NIÑO



Querido Niño; este año te has quedado guardado en tu añeja caja, custodiado por la Sagrada Familia, entre pajas y restos de serrín. Se que en el fondo no te importa, porque Tu, naces y renaces siempre en la presencia de todos los hombres de buena voluntad y por eso estás también en aquellos hogares que por ausencia u omisión pasan de ponerte a presidir la mesa. Más que no verte en el Portal de siempre, me duele la soberbia y cabezonería, la arrogancia y falta de sensibilidad de quienes siendo maravillosas personas en el fondo, adolecen de guardar las formas y se ceban con la tradición para reafirmar su enajenación mental. Ya sé que esto del cristianismo, hoy en día se ha vuelto de lo más pagano, que hablar de la Iglesia y sobre todo de los curas, es tan gratuito como distraerse con una sesión de “salvame de luxe”; que los cofrades o capillitas, fuera de su ámbito y contexto familiar, están considerados como una secta “jartible” que acapara gran parte de la actualidad socio-cultural e invade un espacio urbanístico más allá del tiempo de vísperas para indignación de los profanos en la materia, que también tienen derecho a disfrutar de la ciudad, aunque se nutran de los beneficios comerciales que generan este tipo de actos y cultos. Pero en el fondo -querido Niño- para los que nos criamos en la infantil catequesis de tu Nacimiento; para los que tanto disfrutamos el verlo poner de la mano de nuestros padres y hermanos; para los que jugamos con esas entrañables figuritas de barro, contemplando cómo tomaban forma y protagonismo, dentro del Belén, bajo un cielo de papel con nubes de algodón y montañas de corcho; impregnadas por el glorioso olor a serrín, que trenzaba caminos y cañadas serpenteadas de verde musgo, supone un trauma añadido al sinsentido que están tomando estas Navidades laicas. Ya sé -ay chiquirritín- que los mejores belenes, no están en las hermandades, ni lucen en los majestuosos templos e iglesias con todo lujo de detalle, que ni siquiera son los que montan los Belenistas con ese acopio de artesanía y buen saber que los hace magistrales, como también me imagino, lo que tendrás que “tragar” -queridito del alma- cuando te ves lucir con las mejores galas en la más valiosa de tus imágenes materiales, dentro de esas casas señoriales, donde presumen tanto de tu evangelio como de su falsa y vanidosa caridad. Sin embargo -querido Niño- ¡cómo disfrutas con las gentes, que sin necesidad de panegíricos ni catequesis impuestas por terceras personas, han querido ponerte humildemente en sus hogares de la forma más sencilla, sobre el aparador o la mesita, conscientes de que Tu eres esa luz de múltiples colores que enciendo los mejores deseos de Paz! Y ese es tu nacimiento preferido, el que montan en la intimidad de sus hogares, las personas que hacen de su falta de medios, verdaderos encajes de ingenio, convirtiendo papeles en cielo y cartones en casas rústicas, canaletas en río y bombas de agua traídas de los desguaces en arroyos cristalinos. Lo siento y te pido perdón por mi soberbia, el respeto como decía el sabio, es aquello que has de tener para adquirirlo, pero lamento irremisiblemente, no verte este año por casa, haciendo nuestros honores y sí -a pesar de todos los pesares- ese árbol sintético, que con todos mis respetos, me resulta tan chirriante como absurdo. Otro año más las redes sociales se llenan de felicitaciones y buenos deseos; las calles de nuestra ciudad están radiantes de luz -como nunca- y el ambiente es espectacular, a pesar que la mayoría nos quejamos de la crisis, el consumo de estas fechas continúa dando la imagen de una sociedad del “bienestar”, pero el comercio se queja; los parados se desesperan y los que viven en soledad por méritos o la más cruel de la soledad acompañada, no les cuadra muy bien esto de la Navidad envuelta en oropeles pero que no se habla ni perdona a sus hermanos. Ojalá nos preocupara menos el menú de esa noche, para algunos impuesta y valorásemos más la mesa y el fuego del hogar. FELICES PASCUAS A TODOS.

viernes, 23 de octubre de 2015

¡Como no te voy a querer, HINIESTA!

PROLOGO:
 Corría el año 1982, aquel Domingo de Ramos, regresabas a San Julian, sin corona; nadie echaba de menos la presea -más bonita aún- parecías, bajo la gloria de tu palio iluminando la noche que amenazaba aguas. No tardó en llegar el inclemente chaparrón, cuando Tu Hijo, el Stmo. Cristo de la Buena Muerte, alcanzaba San Marcos a "paso mudá" sin posibilidad de otro refugio que no fuera San Julián. Tu avanzabas por Bustos Tavera, buscando Peñueñas, para cobijarte en San Román, faltó tiempo para que las puertas de la canela y el clavo, se te abrieran de par en par. La lluvia en Sevilla, es una maravilla indeseable, que a veces nos deja estampas imborrables. Madre Hiniesta, Reina sin necesidad de corona, salvaba la ojiva de San Román, con el público sucinto y necesario, para que los "privilegiados" que contemplábamos la escena memorable, entrásemos contigo en el Templo. La lluvia amainó, como la preocupación de tus hermanos al saber que el Cristo de la Buena Muerte había llegado a San Julián. La noche se abrió con luz de luna, para alumbrar también el regreso anunciado a Tu parroquia. De nuevo la maniobra de salvar brillantemente, la ojiva de San Román, gracias a la pericia de tu capataz y el esfuerzo sentido de tus costaleros. La calle Socorro, era todo un poema que te rendía honores de alabanza, al verte pasar sin corona, con la candelería apagada a la tenue luz de las dos "marías" que flanqueaban tu melifluo rostro. A paso de tambor -más bonita aún parecías- ante los ojos que te acompañaban, brillabas con luz propia, sin corona ni cera que Te alumbrara, hasta llegar a la esquina de Moravias. Los hombres de la caña, obraron el milagro de encender tu paso, como una infinita luminaria de resplandores que se proyectaban en la cal de San Julian, inmortalizando una noche de Domingo de Ramos, para el recuerdo. La Banda de la Cruz Roja, apuntó Campanilleros y la Plaza se abarrotó de fieles salidos de la nada, de pronto, mi compañera y yo, nos vimos atrapados en la bulla de la puerta, sin espacio apenas, para permitir que tu palio se cuadrase en una eterna chicotá, tras el éxtasis, le pregunté a mi compañera si se encontraba bien; ella me respondió en estado de gracia: "Me acaba de pisar todo el costero izquierdo del paso"..¡.pero en la gloria!. 

En el luminoso patio de la casa de vecinos, Millán y yo, jugábamos a los “pasitos”. Millán era macareno, presumía de túnica: terciopelo de Lyon, escudos bordados en oro y capa de merino. Yo elegía siempre a la Hiniesta, el primer repeluco de la Semana Santa, que estrené con el uso de razón, en brazos de mi hermano mayor, bajo el cielo azul plata de San Julian. No concebía el Domingo de Ramos, sin ver salir a la Hiniesta. (de hecho, ni aún lo concibo) Ese contraste purísimo, entre el azul, el profuso y apretado calvario de claveles del Santísimo Cristo de la Buena Muerte -calado hasta las rodillas para salvar la ojiva-; los acordes marciales de la guardia civil de Eritaña y la melodía del “perdona a tu pueblo Señor” al compás de la Cruz arbórea que se alzaba al cielo como por ensalmo. Después, la desgarrada voz del capataz, en medio del silencio expectante, que pedía ¡más a tierra ese costero!, entre los estertores de un ¡duro valiente con Ella!, que te transmutaba el alma. Corría el jubiloso año de la Coronación Canónica de la Hiniesta Gloriosa, patrona de la Corporación Municipal, cuando ingresé en la Hermandad. Todavía las túnicas eran propiedad de la cofradía y gracias a una buena vecina del barrio, me hice con una, por intercesión de mi madre, convirtiendo el sueño en realidad de poder acompañar a la Virgen en su cortejo el Domingo de Ramos de 1973. Recuerdo con emoción aquel Domingo de Ramos de libro; nerviosismo y sol radiante -como mandan los duendes de San Julian- ambiente apretado en la antigua casa hermandad, explanada al sol, donde formaban los tramos del palio; mi ansiedad en hacerme hueco junto al banderín franciscano...                                 


 y la salida. Jamás se olvida, de eso pueden dar fe los hermanos de la Hiniesta y público invitado, la silueta del Cristo de la Buena Muerte, recortado en el umbral de la ojiva, -desde dentro- al contraste humano de la penumbra y la luz enmarcada en su escueta y radiante dimensión de contraluces indescriptibles, tamizados por los nimbos de incienso. El primer baño de sol que recibimos los nazarenos formados en pareja para salir a la calle, el calor del barrio, el inusitado ambiente de gozo, ilusión y emociones contenidas, que nos embarga a todos. El tiempo y los relojes se pararon, desde el primer instante que contemplé el precioso cobre de las espaldas divinas de Cristo recibiendo la bellísima expresión oferente de la Magdalena arrodillada a sus piés -la providencia había querido que fuera a una distancia prudente del Señor- viendo lo que deseaba ver y escuchando lo que me apetecía. Ni el calor, la sed o el hambre, hicieron mella, en mi férrea voluntad de hacer estación de penitencia, a la sevillana manera de rezar disfrutando. Al menos no recuerdo otra cosa que no fuera disfrutar, desde el retiro anónimo e inédito, que te confiere el  antifaz de raso.    


 Hasta en los momentos más crudos, cuando empieza a hacerse pesado el largo y sinuoso recorrido de la cofradía -en el fragor de la bulla delirante que acompaña a la jornada del Domingo de Ramos- se vino abajo el ánimo, entusiasmado en cada momento, por el paisaje de calles escogidas por el itinerario, las luces y los brillos de la tarde-noche, el fervor y el recogimiento. Si acaso el cansancio intentaba desvanecerme, solo tenía que fijar la mirada en la Cruz de la Buena Muerte y escuchar los sonidos, aspirar los sabores y exhalar el aroma de una cofradía que cuanto más avanzaba despaciosamente, más fuerza de flaqueza y esplendor consigue extraer de los sentidos del que la vive y goza en la calle. Por San Marcos, recibía todo el calor y la fuerza de la proximidad del hogar que me esperaba y sin solución de continuidad, llegaba hasta las mismas puertas de San Julián, con las ansias renovadas de ver cumplido aquel sueño. Por mi edad, ni tan pequeño, como para buscar el refugio reconfortante de los brazos de una madre biológica que me recibiera, ni tan mayor, como para que el cansancio bloqueara mis constantes vitales, para verme obligado a salir por la puerta accesoria, una vez cumplida la estación de penitencia. Me quedé como extasiado a las plantas del paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, arriado en su lugar de reposo, como si una fuerza irresistible me obligara a esperar a la Madre Bendita, que ya anunciaba -a través de su Banda de música-, que se acercaba al dintel. Como un ascua de luz y aroma, la Hiniesta llegó, alcanzando con su Bendición toda oración y promesa. Si de frente, venía hermosa, cuadrada bajo la ojiva, su precioso manto azul como la noche cuajada de estrellas, nos cubría, nos coronaba la ráfaga de su presea y el crepitar de los candelabros de cola, sembraba claridades de luces cimbreantes que agigantaban la penumbra del templo. Es curioso, como el recuerdo juega al escondite con la mente, la memoria no me alcanza otra cosa que aquella visión de la Virgen de la Hiniesta enmarcada en la puerta, como si el sueño, no quisiera cerrar nunca las hojas de esa página que no se si en realidad, viví o soñé para siempre.
                                                                   

 Lo cierto es que de vuelta a casa, bien entrada la madrugá, por el entresijo de sombras alargadas que se proyectaba sobre los adoquines brillantes de luna del Pasaje Mallol, mis pasos cansados y torpes, firmaban la historia de amor más hermosa, que me uniría, para el resto de mi vida, con la Hermandad de la Hiniesta. Pasó el tiempo inexorable y los relojes marcaron las horas que apuran los años, aquel nazareno de la ilusión, dejo de vestir la túnica de la Hiniesta, sin perder un àpice de aquel amor firmado -paso a paso- con la Hermandad de San Julián. La vida, con su carga inesperada de circunstancias desfavorables, consiguió alejarme del hábito y número de hermano, que hoy sería de parejas nombradas, sin embargo, los sentimientos, esa ansiedad palpitante de estar presente con toda el alma, el Domingo de Ramos en San Julian, escuchar a los amigos del "Llamador" transmitiendo la salida; marchar a su encuentro por la muralla de la Puerta de Córdoba, citarme con Ella en el Pumarejo; esperarla en Alemanes o simplemente, musitar su Bendito nombre, en el eterno instante que la tengo delante y pasa -como un temblor alucinante de aroma, luces y plata- en la inmensidad de su Palio- me transfiguran en aquel niño, nazareno de la Hiniesta, que nunca perdió la ilusión, ilusión y sentimientos que hoy día permanecen intactos, grabados -en los ojos vidriados de un hombre-  que vuelve a ser aquel niño que cuenta los días que faltan para verla de nuevo -esta vez en procesión Gloriosa por el antiguo caserío de su barrio-  con motivo del 450 aniversario de la aprobación de sus primeras Reglas. 

lunes, 5 de octubre de 2015

Se le nota en la mirada

Este pregonero, me gusta porque: “se le nota en la mirada”, que está muy enamorado sin necesidad de repetir ociosamente que somos los privilegiados de la ciudad más hermosa del mundo. Dicen que “le ha acompañado la suerte”...han debido de quererle tanto, que hasta los “sanedritas del Consejo”, se han fijado en él, temiendo -que por cuestiones de salud- la ciudad más hermosa del mundo y a la vez más hipócrita y falsaria, se privara de escuchar, la voz de un Pregonero, sin más título académico, que el verso fácil y a la vez frágil de un enamorado, músico, cantautor y poeta. Ya sabemos, que del pueblo somos todos, pero no estamos todos los que somos, ni somos todos los que estámos -bien situados-. Los Pregoneros de méritos, bien colocados en la parrilla de salida de este “gran prix” de las vanidades, tendrán que esperar desde el olimpo inalámbrico de su balcón en Campana, cuidando la fluidez verbal, no siendo ni tan pedantes, ni tan repetitivos, una “pizca de humildad” y una ramita de “peregil sincero”, para adornar sus platos fuertes de comentaristas de la gloria. El Pregón, por diversas razones, que más o menos todos conocemos, ha perdido fuelle; se ha enfriado el calor, que el pueblo soberano le acercaba, desde la atenta emoción de la radio de cretona, el transistor, escuchando esa voz atildada y potente, que se colaba por los corredores de las casas de vecinos, perfumada por el sahumerio apetitoso de los cocidos y pucheros.
Ha perdido interés, este Pregón de la conveniencia, que se reserva al coto privado del Maestranza y se reparte entre los miembros del Consejo y oficiales de junta, en su mercado propio de entradas adjudicadas y vendidas de antemano. Es verdad que los Pregoneros, muy comprometidos últimamente, no han puesto mucho de su parte, para llamar la atención de los descorazonados cofrades de Sevilla, ni siquiera en la noche evocadora de su redifusión por las tvs locales. Pero el elegido, para pregonar la Semana Santa del 2016 -por otra parte- cuasi cantado, un año antes- renueva ilusiones y nos hace soñar con el terreno, donde todos queremos, oir y ver lidiar a los buenos diestros. D. Rafael Gonzalez Serna, está -a mi entender- situado en los -MEDIOS- allí donde se ubica el término de la virtud. Ni demasiado cerca del tendido academicista de los eruditos, ni demasiado lejos de lo que el respetable personal, quiere y desea escuchar, la Semana gloriosa de Pasión. El mismo Pregonero, lo ha resaltado en los otros “medios”: “voy a darle al personal lo que quiere escuchar” y además, sigo pensando, que a Rafael, se le nota en la mirada; que no lo puede ocultar...que está muy enamorado y desde su elección, te aseguro, que ya vive el “sin vivir” de morir en ese Atril y darlo todo, hasta el punto que la chiquilla, esa misma que por Abril, cumple diecinueve años, sea la que hable por su boca, para expresarnos en menos de 120 minutos, algo tan grande y sentido, que cabe en la estrofa de un sólo verso: “La vida es una semana”. Enhorabuena y mucha suerte, a Rafael Gonzalez Serna, mucho más que un sentimiento, mucho más que una bandera.


lunes, 28 de septiembre de 2015

EN TUS MANOS



Hacía varios años que no comulgaba; me sentía sucio por dentro. No me consideraba digno de que entrara en mi casa, el Señor que todo lo puede. Ni la purificación de su palabra, servía para aplacar el odio, la envidia, el despecho, la ansiedad y el sinvivir que me atormentaba. Esta vez, llegaba al oasis de su Basílica a pedir por mis seres queridos en general y por una persona en particular. Nunca le pido al Señor y menos por mí, que me considero un vividor privilegiado, que cuando se mira en la Cruz, que El abraza, con tanta piedad como dulzura, me reconozco aliviado por esa Paz que infunde su misericordiosa mirada. En la paz de su Cruz, está el consuelo de su Gran Poder y aprovechando su Gracia, le pedí con todo el fervor de mi corazón, que ayudara a mi hijo; que lo protegiera y amparara, en la andadura que va a emprender, en busca de una oportunidad laboral, lejos de nuestra tierra: “Señor, Tu lo sabes todo...conoces cada intención y ofrenda...no lo dejes de Tu mano, donde quiera que vaya”. Esta persona en particular, mi hijo, el menor de los varones; lo quiero más que a los otros...¿no lo sé?, pero he vivido más tiempo con el, que con ninguno de sus hermanos. He tratado de educarlo e inculcarle, lo que -pobre de mí- considero valores de cara a crecer y mejorar como persona; pero el me ha ido demostrando a lo largo del tiempo, que no necesitaba escuela ni docencia mejor que la auto-comprensión y la curiosidad de su espíritu libre y bohemio, fuera de toda disciplina impuesta. Encerrado en las cuatro paredes de su habitación, recluido voluntariamente en su celda virtual, frente a la pantalla enciclopédica de su consola, libre de horarios y fechas de calendarios, volviéndole la espalda a la rutina, incluso haciéndonos creer que no tenía sentido el verdadero sentido de su vida. Manuel Luis, -tan cariñosamente conocido por todos-, como “Magui”, ha conseguido atrapar el tiempo, cuando todo parecía indicar que era el tiempo perdido, lo que lo tenía atrapado. Ha conocido más mundo por su ventana, que el aire libre que corre por las calles. Ha estado en más lugares -sin apenas moverse de su poltrona- que el más ilustre de los viajeros. Su aparente falta de voluntad, confundida con la desidia y el aislamiento, han labrado -en la intimidad-, una fuente “inagotable” de creación, que derrama sus aguas incesantes por los cauces de los más vastos conocimientos. Pero los genios, no saben venderse, no suelen perder su preciado tiempo en engordar “curriculum” prácticos. Los fuera de serie, persisten impertérritos, indolentes, atrapados en las nubes de sus sueños creativos, rompiendo todos los esquemas cotidianos, incluso hasta la pena maternal de la persona más sacrificada por el, que es al mismo tiempo, la que más fe y más misericordia y por supuesto más Amor, comprensión y cariño, tiene depositada en su hijo. Detenido el tiempo, fija la mirada en el eclipse del Gran Poder del Señor, en todas estas virtudes reparaba, pidiéndole por Manuel Luis, sin que la sombra de ninguna duda o defecto, perturbase la carencia de un ser, que se ha ganado -por humildad y paciencia- todo el cariño y admiración de las personas que lo han tratado; sobrarían aquí las palabras de reconocimiento y culto, que le profesan sus hermanos mayores; el delirio y desprendimiento personal y material que le ofrece en cada momento su única hermana y lo que estarían dispuestos a dar por el, de manera desinteresada, sus tí@s y sus adorados primos. El Señor, lo sabe y daba fe, cada vez que me sostenía en la luz de su rostro, de ahí que distrajera mi atención en el bordado suntuario de su túnica.-Ya sabes, Señor que esa túnica no te va, Tu eres lo primero, que nada ni nadie distraiga, el morado liso de tus pies descalzos. Tu eres más de estameña, de esparto y soga -Auténtico-. “Señor, no me lo dejes de la mano”, repetía hasta que me llegó el mensaje del sacerdote: “que la Paz de Nuestro Señor Jesucristo; El Amor del Padre y...” La palabra, acariciaba mis oídos y se quedaba prendida en mi corazón. Hacía mucho tiempo que no comulgaba...este odio, hacia los que me han hecho tanto daño en la vida , se fue convirtiendo en acto de contrición...esa envidia, fue cobrando suavidad, a la primera lectura; con el Santo Evangelio: “Quien no está en contra nuestra, está con nosotros”, sentí la gracia del perdón. Miré al Señor -de nuevo- “Este es el Cordero de Dios que quita...” Señor, no soy digno de que entres en mi casa”...pero una mirada suya, bastó para sanarme. “Señor, no me lo dejes de tus manos”...con Tu Paz me voy, para volver a darte las Gracias...Al salir a la plaza, una madre, llamada del Dulce Mombre, volvía, vestida de Sol y coronada de estrellas. Era la hora del Angelus: Salve, Madre, vuelve a nos, esos profundos ojos de Misericordia.

a mi hijo
Manuel Luis, para que Ellos lo protejan en su nueva andadura.

viernes, 4 de septiembre de 2015

No puede decir, ADIOS...

a FAUSTINO Cabello
mi profundo sentimiento y admiración

#MedallaDeAndalucía
@romeristas
#LosRomerosDeLaPuebla



Yo quería escribir, que ellos fueron los “Beatles” de mis catorce-quince años. Quería escribir que mi madre, compró sus primeros “single´s” en Elcortinglés, para meterme en las venas la alegría de aquellas sevillanas de “Mi caballo está inquieto/La Niña de los Peines/Sevillanas del recuerdo/Sevillanas con duende/del Aljarafe/del enamorao/de los chavales/de los emigrantes. Yo quería escribir, que ellos fueron mi referencia en la poesía escrita para bailar de Aurelio Verde/Moya y Felipe Campuzano en los arreglos del glorioso piano de cola; quería escribir que fueron la banda musical de aquellos años de bachillerato, cuando un grupo de compañeros, quedábamos al final de clase, en la misma aula, para ensayar a dos voces, la fantasía de ese “Embarque del ganao/ Las flores de la discordia, no crecen en el Rocío/Corraleras del Pueblo/la Marisma... Sinfonías por sevillanas, que consagraba a estos “Beatles de la Puebla”, como nuestros Romeros; los más modernos de los más clásicos; los más aventajados discípulos de los Toronjos y los Reyes de Castilleja de la Cuesta; los primeros en cantar en grupo desde el principio y ¡hasta que lo quiera Dios: Los Romeros de la Puebla!
 Y Hoy, escuchando mis sevillanas del ensueño, aquellas que le ponían letra y música a ese primer amor, que dicen, no se olvida, transido de emoción, termino -como ayer- con los vellos de punta y los ojos vidriados, cantando el “Rompeolas del amor”, como aquel joven que las cantaba a coro con sus amigos, sentado a la espalda de un banco en la Alameda, para llamar la atención de las niñas, de todas las edades, que se enamoraron con “Los suspiros del amor de aquel ¡Silencio, por lo que vdes mas quieran, guarden silencio, por Dios, que es tiempo de primavera y están hablando de Amor!”. “Se fue la primavera de mi vida y sigo enamorado”...llegó el verano, ¡VIVA mi Andalucía! y parte del extranjero, cantando “La novia del Campesino” por rumbas o sevillanas -las sevillanas- de siempre- desde la“Arena de los bajos de Punta Umbría, hasta la “isla de cal salada”...y llegó Septiembre: “estaba tirando cuenta y me empecé a preocupar”...no, no era por aquello de la medalla de Andalucía para los Romeros de la Puebla...era por algo mucho más profundo, entrañable, trascendente...”Pero la copla decía/todo termina en la vida/ y el tiempo dá la razón/ Los Romeros de la Puebla/ cantando dicen adiós...¡quien dijo cantares -como escribió el poeta-dijo Andalucía!...En septiembre y con la luna -vendimiadora y caliente- y aunque parezca mentira/ al llegar un nuevo día/ yo me suelo preguntar/ ¿Porque es tan corta la vida, cuando se mira “patrás”?..
.Por el potrillo del tiempo galopo hacia mi niñez/Aquel fandango primero que de niño yo canté/ y la emoción del aplauso/ que nunca podré olvidar/ Al subirme a un escenario por primera ve a cantar....¡Cantemos, Romeros...que las puertas del cielo se abren al grito del sol y a la Blanca Paloma, cantemos, un himno de amor!...¡Solano de las Marismas/ Tu que alisas las arenas...-dile por fín a FAUSTINO, que no hay camino de vuelta!... “To el que ha visto alguna vez/ a la Virgen tan de cerca/ No puede decirle ADIOS/ aunque los tiempos se vuelvan”

jueves, 6 de agosto de 2015

Salió sin ser notada



En Sevilla, la Puerta de Carmona
 y en Carmona la Puerta de Sevilla,
 salir o entrar sin ser notada,
 la devoción cruza la Vega,
 en la noche del Agosto clara…
Desde Alcalá ya ha emprendido
 el águila su vuelo,
 cálido olor a hogaza
recién salida del horno
 hace el camino
 buscando la torre blanca,
 salió sin ser notada…
De la campiña
 bajo luna menguada,
 rosario de consolación de Utrera,
 vienen cantando letanías laureadas
 con rumbo a tu sonrisa mañanera,
 salió sin ser notada…
De los alcores huellas sin paradas,
 de los visos del aljarafe entero
 vienen pisando el camino de romero,
 peregrinos de palma y del condado,
rezando bajo el estrellado cielo
 sin vara y sin callado.
Todo el camino, Reina es un reguero
 que a encontrarse contigo se dispone,
 la ruta de la plata
y el litoral en todos sus rincones,
 vuelve como las olas
 cuando rompen en la orilla del mar de tus amores.
 Salió sin ser notada,
 en la noche del Quince augusta y clara,
 la devoción que para el pulso y los relojes.
Quizás también le interese:
10@ñosdeBloguer.

domingo, 2 de agosto de 2015

Algo se muere en el alma

 Yo no creía en los gatos y más desde que tuve que sacrificar a nuestra última mascota, el más fiel amigo que había tenido en mi vida, con diferencia, mi perrito “jaro”. Desde la altura de terrazas y azoteas, contemplaba a los Gatos, esas figuras enigmáticas, que se asomaban al paisaje urbano, posando como para ser inmortalizadas por los mejores retratistas de la creación. Los gatos me parecían, ariscos, acechantes, traidores y un tanto diabólicos -en su mirada- seductora y amenazante...pero, como suele decirse (de este agua no beberé), se colaron en mi vida, sin previo aviso. Todo fue llegar a casa el Faraón, procedente del valle de los príncipes abandonados, un felino con tacto de visón -marrón oscuro-canela, con manta de reflejos pelirrojos cuando el sol le irizaba su brillante lomo. Mi hija, la primera #engatuzada, le puso de nombre Miky, en honor a su ídolo de Disney y pronto, terminamos todos -hasta el más reacio que era yo- formando su corte.
   SM Miky, nos adentró en el mundo fascinante de la raza felina, nos embelesó con las muestras de su arte y seducción, de los usos y costumbres, de su técnica y poses admirables y genuinos modos de atraer la atención a la hora de comer, jugar, cazar, reposar o dormir. Dueño y señor de la situación SM Miky, marcaba solemnemente las diferencias, El nos recibía, estaba allí, pero nosotros éramos los que teníamos que acudir para cumplimentarlo. El era el primero en sentarse a la mesa, se tomaba la libertad de husmear los alimentos y antes de que sintiéramos su constante presencia, marcaba la distancia oportuna, atento para acudir, solo y exclusivamente a aquel que se le ofreciera, lo que solía siempre rechazar, por ese acusado instinto de desconfianza, que caracteriza a su raza y al mismo tiempo les confiere su milenario sentido de orgullo y altivez.
 Alli donde estuviera SM, establecía su particular “salón del trono”, una vez acomodado, nos resultaba difícil, resistir su encantos; primero lo hacíamos llamando su atención; el nos miraba impertérrito devolviendo la mirada envolvente, seductora, casi hipnotizadora para después, tenderse, cuan largo era y citarnos, desde su distancia de seguridad, cuando nos acercábamos a El, sólo admitía unas caricias, las justas y precisas antes de iniciar su espantada y retiro y así aparecía y desaparecía, para ocupar sus distintos tronos repartidos por la casa, atendiendo a sus privilegios ancestrales de libertad, independencia y necesidad de compañía. Una compañía que SM Miky, administraba en pequeñas dosis, escogiendo a la persona adecuada, en el sitio adecuado, a la temperatura adecuada, para regalarle el privilegio de ronronear en su regazo, mientras permitía el adorable placer de acariciarlo, cierto tiempo. Dicho acto o ritual #gatuno, es comparable, según algunos expertos en esa materia, con el orgasmo humano, lo cual aunque un tanto descabellado, merece citarse como ejemplo-anécdota, a la hora de hacerse a la idea de tan gratificante momento.
 Fue así como creció en la familia, -a la par de hacerse adulto SM,- la afición #gatuna y entramos a formar parte de esa especie de consagrada adicción extendida por todo el universo a estos seres felinos, cuyo comportamiento y belleza, no dejan indiferente a nadie que haya disfrutado de su presencia y trato. Así surgió la idea de buscar compañía al Rey, para que aportara a su reinado de próspero ocio, independencia y libertad, algo que le acercara a su misma especie.

 No tardó en aparecer por las puertas, una bolita de pelo ralo -completamente blanca- que cabía en el hueco de las palmas de las manos. La impresión ante tan célebre recibimiento, fue bautizarlo con el nombre que no admitía duda alguna: “Copito”, porque realmente se asemejaba a un copo de nieve. La sabiduría y nobleza del Rey, SM, Miky, supo, asumir el papel de padre y tutor del advenedizo y aunque los primeros días de estancia y conocimiento, se mostraba reacio e indiferente, paseando majestuosamente su dignidad por “palacio”, no dudó ni un momento en aparecer por el habitáculo de “Copito” y presentarle sus credenciales, al mismo tiempo, que aceptaba dignamente sus labores de cría, guarda y custodia del cachorrito.
 Daría para escribir un libro de aventuras #gatunas, el relato pormenorizado de la vida en pareja de estos dos personajes tan queridos, pero me temo, que no es el momento adecuado, ni esta la entrada más oportuna -que mas quisiera yo- puesto que de lo que se trata hoy, es de adornar con las mejores flores del recuerdo, uno de los momentos más tristes y sentidos que nos ha tocado sufrir en la vida; “Copito”, aquel gatito de nieve que vino para acompañar el reinado de Miky, el que nombró “amita” y camarera de honor a mi hija; el más cariñoso; el que apenas sabía maullar, sino emitir llantitos de ternura; el más mimado; el que echaba sus gloriosas siestas y solaz, recostado sobre el lomo de su rey de acogida; aquel que se hizo adulto, con su largo pelaje blanco-vainilla, jaspeado de tiramisú, cuya armoniosa cara era un dibujo animado por los ojos color cielo de Sevilla, que quitaba las tapaderas del sentido...se nos marchó la noche del primero de agosto, sin duda al paraiso del valle de los príncipes. Que los dioses del Nilo lo conduzcan eternamente por las aguas del mejor recuerdo y la memoria. Te queremos “Copito”, nunca te olvidaremos.

martes, 30 de junio de 2015

Leyendo lo que siempre he querido escribir y...

Acabo de leer las "Afueras de Dios", un libro de la narrativa inconmensurable de Antonio Gala, mejor escrito que transcrito, o mejor transcrito que escrito, basado en los pensamientos de Clara Ribalta o la hermana Nazaret, después de un deslumbrador descubrimiento de su intimidad, Clara Ribalta nos conduce, por el fascinante itinerario físico y espiritual de una mujer que vive y ama hasta la muerte y más allá. El amor, es por tanto el alimento único de su cuerpo y de su alma. Difícil es extraer de tan brillante obra, un resumen que sintetice el aluvión de citas, pensamientos y frases que configuran el tesoro literario y folosófico que contiene. Esta es mi humilde aportación de reflejar algunas partes de la belleza que ha colmado con creces su lectura fluida y devoradora. 



-El sabe que el amor no es una obligación: es un ofrecimiento. (de Dios)
-Se le pide a él que nos libre de él: qué ingenuidad...
-Sentir temor a la hora de la muerte, es lo menos cristiano que he oído en mi vida: la muerte es el alba maravillosa...
-Sólo ante los demás, somos culpables, sólo los hombres pueden perdonarse y condenarse los unos a :los otros...Porque Dios de antemano, nos otorgó su piedad con un amor obsequiado que borra todo mal...

-No hay que amar a los hombres en Dios, sino a Dios en los hombres...la oración y la devoción, no pueden recortar las alas a la caridad, ella es la mejor devoción y la oración más honda... 

-Hay gente tan abrumada por la inagotable información, que se cree del todo al día y lo único que ha conseguido es no pensar, no asimilar y no moverse, teniendo la impresión de no parar...

-Dios no es uno que se aburre, sino tres que se aman...

-Si nos creemos ofendidos es por causa de nuestro miedo e inseguridad. Si ofendemos, es por que ignoramos como obrar debidamente y nos dañamos nosotros mismos. Nadie se halla capacitado para ofendernos, con actitudes o palabras,: es sólo nuestro temor e inseguridad, la que se siente atacada y pone en guardia nuestras defensas. La presencia del amor correspondido, echa hacia atrás esas posibilidades, porque sólo en la libertad y en la alegría, es factible amar y corresponder al amor.

-Que bien (...) expresa, las verdades en las que en realidad no cree del todo...

-Hemos de hacer...lo que otros no pudieron más que soñar...

-Es la belleza dentro de nosotros, la que nos deja divisar la de afuera.

lunes, 22 de junio de 2015

El amor en los tiempos de what-saap



Siempre ha habido más amor que nunca, porque nunca el amor ha sido para siempre.

Se ha calumniado al amor, comparándolo con la puerta del frigorífico. Allí tenemos sujeto con el pin adhesivo, los recordatorios del ultimatum de nuestras miserias. Abrimos la puerta y descubrimos el amor almacenado. El amor fresco con fecha de caducidad, el amor en conserva, imperecedero; los restos del amor al vacío, que hemos de consumir en pocos días; el amor embutido, ideal para bocadillos de amor; el amor lácteo que atenúa la negrura amarga del café y suaviza y endulza el cacao del desayuno y la merienda; el amor que refresca y sacia la sed, se extiende, abraza y eleva con su espuma esfervescente y nos alegra la vista, con el rancio paladar de su fruto corinto. Se ha calumniado al amor, comparándolo con el zumo y el jugo de la vida; néctar y vino amargo, porque en sus cuatro letras caben todos los caminos que conducen a RomA, la eterna visión de la palabra mágica que aparece cuando se mira al espejo (Amor). Andamos buscando el amor, como piedra filosofal, jugando a ser más alquimistas que enamorados, porque hay que estar enamorado, para encontrar el amor y no encontrar el amor sin estar enamorado. El amor que se encuentra a uno mismo, no es amor, es amor propio. El amor que se centra en el sexo y descubre los placeres del arte de la seducción, tiene fecha de caducidad en su propio desgaste físico y agotamiento mental. El hombre conoció a la mujer y vió que era buena, después -sin distinción ni orientación sexual- vivió en pareja y comprendió que era bueno, incluso conoció el verdadero amor que siempre es único y primero y así lo gozó hasta la saciedad. Pero el mismo hombre en general, perteneciera al género másculino o femenino, pronto se empeñó en calumniar al Amor, comparándolo con las primitivas metáforas de los celos, el engaño, las intrigas, infidelidades, el tráfico. El hombre se encargó de introducir la compraventa del amor e hizo negocio, inventando la fabulosa frase de no mezclar el amor con los negocios. Desde el tiempo inmemorial de la prostitución, el amor, ha intentado sin mucho éxito, convencernos, que la culpa no era del dinero, que compra y vende todo a un precio razonable, sino de la necesidad de las personas. Hay tanta falta de amor en la prostitución, que la persona que la ejerce, tanto como la que la practica, originan una especie de Amor tan grande, que es capaz de entregar su reino y su caballo, a cambio de la inocencia de sentirse maternalmente amado y arropado como un niño, desarrollar y hacer posible las más recónditas fantasías de un adulto y recibir la ternura y atención de trato que merece un anciano, valga su repugnancia o decrepitud aparente. Se ha calumniado al Amor, se le sigue difamando, confundiendo, comparándo, con una conquista ilusoria, que requiere un contínuo estado de guerra; de prevención, de tensa calma. El amor no sirve para estar a la defensiva, porque pertenece a la vieja guardia, la que baja sus brazos; la que se descubre ante la verdad y no puede vivir en la mentira de los falsos juramentos sin propósitos de enmienda. El amor, prefiere vivir al amparo de la soledad, antes de gozar el tormento de una seducción ardiente de deseo y placer, que termina en el imposible intento de continuar en pareja, gimiendo la más terrible de las soledades. Ese amor de las grandes citas subliminales, ese amor convertido en inmortales versos de literatos, ese amor que copiamos y pegamos en nuestro muro, preguntándonos desesperadamente ¿donde dientres andará? Si es que existe, no es otro amor que el que estamos dispuestos a dar, sin esperar nada a cambio, por el supremo arte de amar por amor al arte, tan difícil y demencial, como la vida , que tiene los mismos fonemas, pero al mismo tiempo tan sugerente, como Roma, cuando se mira al espejo y se lee Amor.

Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04