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lunes, 6 de diciembre de 2021

LUZ CANDELARIA

  Por tantas cosas, Sevilla no tiene que demostrar nada. Tantos son sus momentos regalados, que nos va a sorprender siempre a propios y extraños. Extraño, puede suponer ver un paso Palio en estas fechas de calles y avenidas adornadas, pero la Virgen de Galiano, tiene el Nombre propio de las luces,



luminarias, resplandores y Candelas. Y además su ilustre Cofradia, celebraba el I Centenario de su Fundación. Como. Anillo al dedo, encajaba la fecha, con el nombre: Iluminada, Pura y Limpia CANDELARIA de los jardines del sueño. Como anillo al dedo, la exacta recreación que Juan Manuel, hizo para su Palio, carcelero de la Luz; encaje de bolillos sonoro para suspender los. Rayos del sol, en el aire de Sevilla. Lunas de maya sus bambalinas, que escupen brillos de plata cuando se mecen al son de la tarde  para no descuidar las sombras de San José y recibir el beso de Santa María la Blanca, aun más aurea que el azogue de luz que emboca por los Jardines. 

La Virgen de la Candelaria es el regalo de Buena Esperanza que nos vino, desde San Nicolás. Y Sevilla, la recibió con sus Palmas. No eran Palmas de olivo, eran Palmas de hosamna y de gloria, compás de alegría, ovación de felicidad, después de dos años confinados sin la Gracia que supone un Palio, paseando por. Sevilla. Y pareció que fue ayer, el último Martes Santo, porque desde que asomó, la Virgen por el dintel de San Nicolás, no hubo mejor forma de llevar un paso; parecía que fue ayer, la salida tan dificultosa como milimétrica, el encuentro con tan señorial barrio, el airoso y acompasado sonido de sus bambalinas, repicando en los varales, pero con fuerzas renovadas, con estrenado ímpetu, con más cuidado, esmero y dedicación, de sus hermanos costaleros. Incluso con acusado estímulo de las Bandas, que parecían dejar con sus sones, el alma en todas las melodías que sonaron. La Virgen venía gustandose, como el rezo de su antífona: "El Señor ha hecho en mi Maravillas" y su Palio se clavaba de pies a cintura, para iniciar cada Marcha, al compás de la flauta de Rocío, para arrancar a bombo y platillo, sin dejar de gustarse sobre los pies. Todo el mundo en general lo entendía, por eso, suscitaba el aplauso constante, su paso por los vericuetos de la Puerta de la Carne. La Candelaria es un ascuas de luz, en la tarde de los jardines del sueño. Jardinera pasando revista a los últimos rayos del sol de la tarde, prendido en los bordados de Juan Manuel. Transparente y airosa, desembocaba en San Fernando, con Campanilleros, esos Campanilleros que sabe tocar como nadie la Banda de la Cruz Roja, los de campanillas, cascabeles y panderetas que se cuela por los sentidos de las transparentes Mayas y devuelven a la Dolorosa, la Gracia de las campanas de Belén. Con su empaque se perdía hacia el corazón  de Sevilla, envuelta en sus propias luces al compás de su Marcha, aquella que le compuso Marvizón que es ya un himno Candelario de infinitas armonías y a su paso, se fueron encendiendo los adornos de estas fechas, pero sin arrobar tan siquiera el Vergel luminoso y peregrino que iba derramando, la Virgen Santísima de las Candelas. Sevilla, solo tenía palabras de consuelo y devoción, hacia la Virgen, que devolvía a sus calles, el buen saber y respeto en las Bullas. El aplauso sentido e improvisado. Los niños sobre los hombros de los que siempre nos han enseñado, que esto es así. Tierra de la religiosidad popular, patria de la Salud y llama ardiente de la Fe, que es la Luz que irradiaba en sus calles, Virgen de la Candelaria. 


sábado, 29 de diciembre de 2018

DIOS EN LA MAGDALENA

Exposición monográfica de Juan Martinez Montañés en la Parroquia de la Magdalena
SAN JOSE Y EL NIÑO
la Unción Sagrada, en su máximo exponente...









Dolorosa atribuida a Montañés, propiedad de la Hdad. de la Quinta Angustia

martes, 6 de noviembre de 2018

INUNDADOS POR LA ESPERANZA

           

 Con permiso, se abre uno paso en la bulla, con permiso y mucha calma, grande dosis de educación, paciencia y...lo más sevillano -cultura de la bulla- . Para mi, es todo un orgullo y como decía el Rey Emerito, una inmensa satisfacción, que los paisanos jienenses, almerienses, cordobeses,gaditanos, malagueños, onubenses, granadinos y resto de la geografía -EspañolaCofrade- especialmente, nuestros queridos madrileños...vengan a nuestra tierra a disfrutar de las procesiones de Semana Santa, sobre todo, como es el caso que nos ocupa, de manera Extraordinaria, cuando se trata de una devoción tan arraigada, popular e universalmente conocida, como fue, el Traslado y vuelta de  la Esperanza de Triana, con motivo del VI siglo de su devoción.
A parte de este personal orgullo, en la parte que me toca como anfitrión sevillano, hay que felicitar justamente, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado; Policía Local; Protección Civil, Emergencias y Lipasam, por el esfuerzo y trabajo que realizado, mas allá de la responsabilidad de velar por la Seguridad Ciudadana, muchos de ellos, como hermanos y cofrades de exquisito comportamiento y escrupuloso trato. Hay que poner en valor y así lo han hecho, la infinidad de imágenes captadas, que, tanto, la Procesión de ida, como la de vuelta de la Esperanza de Triana, ha desbordado todas las previsiones, arrojando la impresionante cifra de cerca de 600.000 personas, en la cual se han puesto de acuerdo, todas las fuentes consultadas. En cuanto a los horarios e itinerarios, parece ser y es cierto, que ambos, tanto el de ida a Catedral, como el de vuelta a Triana, se han cumplido, aunque personalmente pienso, que estos horarios estaban milimétricamente estudiados por los responsables de la Hermandad -con arreglo al tiempo que tardaba la Virgen en recorrer las calles- al paso característico que tenían ensayado los costaleros-
 Bien podemos afirmar, los que vivimos lo extraordinario de la Esperanza, que el cortejo, desde el Banderín de la Banda, hasta el palio de la Virgen, tardaba en pasar, más de dos horas, dependiendo, el grado de movilidad en plena bulla, excepto el caso de ocupar primera fila en la calle, donde no hay, quien te apartara de las tres horas largas de pié, luchando continuo contra las molestias propias de carritos, sillas de rueda, corrillo de niños, trípodes, peldaños y la sana impaciencia de ancianos, foráneos y parejitas melosas. Esto es así y así lo importamos los sevillanos.
Si.- les diré, en honor a la verdad y más de cincuenta años de experiencia como cofrade de calle, que la multitud que había desde el cruce del Paseo de Colón hasta Puerta de Triana, no la había presenciado en mi vida, ni el Domingo de Ramos con la Estrella, el Lunes Santo con San Gonzalo, ni la misma Madrugá de Esperanza, incluyendo las Extraordinarias de Coronaciones, que han cruzado el Puente, hacia la Catedral en pretéritas ocasiones.  La anchura de Reyes católicos, resultaba prácticamente infranqueable, para ganarle la Cara a la Esperanza, habiendo que practicar la acción de rodear por Julio César ó Almansa, opción, esta última por la que apostó el que suscribe, para desembocar en la esquina de Santas Patronas y allí, aprovechar un hueco, sobre la acera.
 Hueco que a escasos minutos de mi llegada, se pobló de espectadores. La Virgen se veía lejana, a la altura de "los tres reyes" y la espera se cifró en una hora larga, que acabó en Apoteosis, cuando sonaba la marcha, Reina de Triana y se hizo el silencio, para escuchar la melodiosa sinfonía del trio de flautas y el galeón de la Esperanza se aproximaba imperceptible, como aureo rompeolas.
Escribía, San Juan de la Cruz, "que en el atardecer de la Vida, nos examinarán de Amor"...pero en Sevilla, el Amor, trae la Esperanza y la Esperanza, estalla en alegría. Pese a los pormenores, meramente cronistas de horario, itinerario, afluencia, bandas, andares costaleros, etc,etc...Cuando llegaba la Virgen, nos embriagada a todos con su perfume de Esperanza. ¡que necesidad tan grande de Esperanza tenemos! que solo el resplandor de su presencia, el mimbre de sus esquinas cimbreantes, la llama de sus codales enrizados y sobre todo el esplendente sigilo de su Luz prodigiosa, arrancaba de lo más profundo de las entrañas, los ¡oles más sentidos!, ¡los vivas más coreados! ¡los suspiros más sonoros! ¡las lágrimas más íntimas! y las ¡más cerradas ovaciones!

Allí, cuando la tarde caía, como citaba el Santo de la Cruz, examinándonos de Amor, por la Esperanza, dejé a la Virgen, sabiendo que me la llevaba puesta, allá por donde Ella roneara, allá donde sueñan los despiertos, su mejor definición Aristotelica, allá donde las calles de vuelta, se alejan al son de los platillos y el bombo que anuncia nueva marcha y los tríos se pierden en la estrechura recortada del cielo cobalto, que más se parece a la Gloria. Dejé a la Virgen, como se despide uno de su novia, andando de espaldas, con alma de capataz que le dedica sus mejores plegarias y manda de frente, sabiendo que la Esperanza es lo último que se pierde. ¡Hasta mañana, Madre!

Y el sábado despertó la ESPERANZA intacta, con flores de fe renovada. Para presidir en el altar del jubileo, el SOLEMNE Pontifical -VI siglos de ESPERANZA no son suficiente para elevar el espíritu hacia la conversión profunda, antes de poner los pies en la Tierra de la ESPERANZA, dejándose llevar por los sentidos. Se espera a la Esperanza en olor de multitudes, vienen devotos de otras latitudes a vivir con nosotros el sueño de los despiertos. La gran avenida, esta tomada, aún quedan rincones para callejear buscándola, por el Postigo del aceite. Pero uno se frena en seco, porque desde la esquina de Correos ha respirado las volutas de incienso y los ciriales son anuncios del silencio más apretado, ¡Ya va a Salir!, nadie sabe, si el VIVA LA ESPERANZA DE TRIANA, fue antes del himno, pero todos, vibramos unánimes a los sones de la Marcha que entrega en cuerpo y alma, la ESPERANZA de TRIANA CORONADA, A SEVILLA. Si habia una pregunta en el odioso aire de las comparaciones, inmediatamente a bombo y platillo, sonó la marcha Macarena, para unir en la ESPERANZA, lo que algunos intentan separar.
 La Virgen enfilaba la Avenida y yo, atrapado en la bulla  de Almirantazgo, aproveché el movimiento, por inercia, cuerpo a cuerpo, y logré cruzar hacia el Postigo, allí desde el patio sombrio de los Canónigos, me asomé a la galería con el pórtico mudejar del antiguo colegio y la ví pasar entrecortada, enmarcada, como la gran Pintura de los mejores maestros del renacimiento. Sabía donde iba, pero no sabía cómo llegar, me asaltaban las ansias, como al fotógrafo, que ya tiene estudiada su foto, pero no quería perder de vista a la Virgen, me dirigí hacia García de Vinuesa y la Bodeguita con más solera, me abrió una de sus puertas, para cruzar. El sol venía ya muy alto, como despidiéndose de la Virgen por el Sagrario y derramando sus últimos rayos por las alturas de Alemanes. Pensé que había poca Luz por García de Vinuesa, pero la Luz iba en Ella cuando se acercaba de frente. Así, Madre, tan cerquita, como si fuera esta tarde la última vez y yo escuchara los últimos ¡Oles!, los primeros: ¡VIVA LA ESPERANZA DE TRIANA!, como si en el éxtasis de contemplarte, me pareciera oir de fondo una saeta...sí, Madre, fueron dos saetas, pero en pleno paroxismo, con más voluntad que acierto. Y no te dejé marchar, para buscarte de nuevo... me fui, detrás, donde lo permitía el espacio del pueblo que te canta, tan cerca pero tan lejos de tu cara, sintiendo lo que veía y escuchando las Aguas procelosas del maestro Farfán en la trasera de tu Palio -dicen que hay algo más bonito-  que embelesarse con la ESPERANZA. 
Recobrar la calma del conocimiento, la calle Jimios, me aclaró la memoria en la marabunda de la bulla: si quería verte, como deseaba, en la esquina de mis sueños de niño, allá donde arraigaron mis raices, en la calle de la Abuela, de mis padres, mis tíos, mis primos...mi tierna infancia, tenía que sacrificar el Baratillo. Otra vez, igual que en Reyes Católicos, como en casi todo el recorrido, la Calle Pastor y Landero infranqueable ¿para un sevillano?...sí, como para cualquier erudito, malagueño, granadino, cordobés, madrileño, que no se precie de llevar un costal en la mano o protección civil, le abriera paso, junto a la policía. Las calles del recorrido de la ESPERANZA, tenían el día 3, patente de corzo, con tres horas de antelación al cortejo. 
   No sé como, pero que verdad es, que la Fe, mueve montañas con la ESPERANZA a cuestas, logré abrirme paso por Almansa, aprovechando la fila india de tres jóvenes, que habían ido al bar de la esquina para cargar vasos de combinados, y volvían a las primeras filas de espera. Buen cobijo, encontré en el local de loterías, perpendicular al retablo del antiguo pópulo. Desde allí sabía, que estaba en comunión con mis seres queridos, que también la Esperaban a la altura del Arenal ó la arcada del antiguo mercado de entradores, toda una vida esperando y viendo pasar a la Esperanza, en aquellas mañanas de olor a aguardiente y calentitos de papa. Casi dos horas de dulce Espera de la Esperanza, que venía por Adriano, como un ascua de luz fosforescente, pero que nunca llegaba. Sabe Dios la de Fieles difuntos que se citaron por allí, en cualquiera de los balcones vacíos, para recibir a la Bendita ESPERANZA desde el cielo o bajo el cielo, porque en aquellos momentos, que no se sabe bien, si amanece u oscurece el firmamento, sonaba "Pero como Tu Ninguna" un guiño más, a la Fraternidad de las Devociones Marianas, más grandes de Sevilla. Y para firma y rúbrica, el pueblo le cantaba a continuación, el Dios te Salve María más intenso que en la noche se escuchara, a los sones de Encarnación Coronada. 
Despacito llegó la ESPERANZA, para siempre quedarse, no se sabe si andaba de frente o recobraba los pasitos que dejaba atrás para alargar nuestro sueño, lo cierto es, que su indescriptible imagen, dejaba un paladar insasiable para nuestros paladares, algo que solo podía describir, el ¡Ole! que todos teníamos olvidados; los ¡VIVAS! que todos deseábamos corear y aquellos ¡GUAPA, GUAPA Y GUAPA! que todos llevábamos guardados en el mejor sabor de la boca. 
 No os puedo narrar más sobre el resto de su recorrido de vuelta a su Capilla de Triana, Aunque lo seguí en el directo, inmediato de la RRSS. No es lo mismo, vivirlo y sentirlo para poder contarlo y Triana por medio, es mucho TRIANA, pero la ESPERANZA, no hay quien nos la quite, cuantos la vimos, estoy seguro que nos la llevamos puesta...Que cada uno la guarde en el altar que le tenga y le rece siempre y en todo lugar, como lo hizo TRIANA y SEVILLA, SEVILLA y TRIANA, para España y la Humanidad.
Solo me resta felicitar a la Hermandad Sacramental, en la persona de su Hno. Mayor, D. Alfonso de Julios Campuzano, como cristiano, mariano, cofrade y naturaldeSevilla.

lunes, 12 de junio de 2017

EL CRISTO QUE ENAMORO A SEVILLA




































Se veía la espadaña de la Magdalena, al fondo, del cielo claro, abrumado por las salvas de incienso descompuestas en la luz de una atmósfera sofocante. El Cristo de los Desamparados, presencia viva en el sagrario, dejaba el dosel del mármol rosa, para hacerse imagen del Dios muerto en la cruz, por Amor. Venía envuelto en la cadencia, muy poco a poco, sobre los piés de los hombres entregados al magisterio de los Villanueva. Sobre un paso que estiraba los candelabros más cimbreantes, para estilizar el -paseillo torero de la Salud de un barrio- para sellar la elegancia del Cristo de nácar que se hizo aquella tarde con Sevilla, sin necesidad de presentación. Solo la fiebre del aire, cargado de temperatura, se paraba al verlo, como los corazones exhaustos que no lo situaban fuera del Sagrario del Santo Angel. Parecia lo que era, el Cristo dormido en la Cruz de los Desamparados. El Dios trascendente, encarnado en el rostro del hombre, por Amor. El portentoso Crucificado, que nunca presumió de lo grande que era y escondió su Humildad en sel retiro de la nave del Evangelio. Y Sevilla al verlo de pasar, enmudeció y cuando quiso hablar conmovida y extasiada, escuchó el concierto de las marchas más escogidas,; Ione, Jesús de las Penas, Amarguras, Valle...Asomaba la Giralda al fondo de la Plaza engalanada para el Corpus y el Cristo se recortaba en el Arco efímero de la Parroquia del Tardón, a esa hora en que la luz de Sevilla perturba a los artistas y el cielo se torna bóveda cobalto estampada de hojas de acanto. Testigos de excepción, el pintor de la Verdad, el Dios de la madera que logró labrarlo y la silueta asombrada del príncipe de los ingenios. Hacía mucha calor, sin duda caía en lenguas de fuego, la ciencia infusa del Paráclito, que enviaba su Espíritu para renovarnos a las plantas del crucificado que enamoró a Sevilla.

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