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sábado, 30 de marzo de 2019

PASA UN AÑO Y LLEGA OTRO




"Pasa un año y llega otro"...-parafraseando la estrofa del poeta Joaquin Caro- y los responsables del organigrama de la Semana Santa de Sevilla, continuan sin dar el paso al frente necesario para adaptar la Fiesta Mayor a las necesidades que los nuevos tiempos demandan. Comenzando por la urgente reforma -varada en el tiempo-, de la Carrera Oficial; hay que tener valentía y grandes dosis de temeridad, para afirmar, las palabras del Sr. Vélez (Presidente del CGHHCC): quien en una de sus declaraciones ante algún medio, sentenció: "la CO actual es la mejor que tenemos" y la verdad es que no le falta razón, para contentar a los miles de "sevillanos y foraneos" que ocupan un sitial de "privilegio" como abonados -en usu fructo vital-. El que suscribe se pregunta, si es tan difícil ampliar -como medida choque-, desde el final de la Avenida, hasta la Plaza del Triunfo -entrando las Cofradías por la Puerta del Príncipe a la Catedral (no es tan descabellada dicha ampliación, teniendo en cuenta que subsanaría demanda de Sillas que tiene el Consejo, pendiente de un sorteo ilusorio que no contenta a nadie). Son tiempos, -como alguien dijo- que precisan un reseteo y los medios -que las nuevas tecnologías aportan a la logística-, están a disposición de cualquier organismo que tenga necesidad de implantar cualquier modelo de mejora, innovación o reforma, por parte de personal cualificado, como es el caso de los Organizadores de nuestra SSS. Pero en el supuesto que nos ocupa, nadie parece estar dispuesto a dar el primer "palermaso", a efecto de acometer la urgente y tan necesaria reforma  de la CO. 
     Las Cofradías, deberían concienciarse en adaptar, sus tiempos, horarios e itinerarios a la ingente multitud que contempla los desfiles procesionales por unas calles, que se han quedado pequeñas, para albergar, semejantes concentraciones público y tan sólo han movido ficha, a la hora de vallar sus entradas y salidas Este evidente problema de orden público, hace que la Seguridad, tan severamente reservada a las cotas de la CO (desde Plaza del Duque hasta Virgen de los Reyes), adolezca de garantías, en la restante "Carrera Oficiosa" que se produce, desde Placentines, Alemanes, Argote de Molina, Francos y Cuesta del Rosario o Plaza del Triunfo, Fray Ceferino, Arfe; puntos estratégicos donde no hay policía suficiente, ni vallas disuasorias, para atajar la aglomeración de público que se estaciona en aquellos sectores para ver, las Cofradías, sobre todos los días críticos, cuando desfilan en "trenecito" -creo que a buen conocedor, pocas palabras basta- dos o tres Hermandades, una detrás de otra.
     Partimos de la base razonable, que no podemos poner un Policía por persona y es aquí, donde los responsables de trazar el discurrir de nuestras Cofradías, han de adoptar: drástica, urgente y en conciencia, un paquete de medidas de choque, para evitar aglomeraciones y estancamientos imposibles, con el fin de dar mayor fluidez a las masas, permitiendo otras opciones y/o cruces francos, que canalicen el trafico de las personas hacia otros sectores o zonas mas fluidas, sin necesidad de soportar el suplicio, de más de dos horas de pie, atrapados en el mismo sitio. En este sentido, no es descabellado pensar, que a los Diputados Mayores de Gobierno, verdaderos y legítimos conocedores del tempus fugit, les debe primar la Seguridad de sus respectivas Cofradías, por encima de la observancia de la regla y la tradición -y en comunión con el CGHHCC, oído el CECOP, sacrifiquen "esas calles tan idealizadas e incomparables de su tradicional recorrido", por otras arterias, no menos interesantes, por no frecuentadas...El ejemplo, está en la Macarena, taponándose los oídos para no escuchar los cantos de Sirena, y discurriendo por la Cuesta del Rosario, en beneficio de su copioso y sufrido cuerpo de nazarenos y por ende solucionando uno de los cruces más conflictivos de la Madrugá, sin que perdiera ni un ápice el lucimiento de una Cofradía tan señera como universal en admiradores y devotos. Tan dificil es, adecuar la obsoleta CO ("la mejor que tenemos", según el Sr. Velez) a los tiempos...¿Es que nadie ha pensado -seguro que sí hombre- que la Sevilla del sigloXX- de sillas vacías, barra libre de paso, número escaso de nazarenos, la mitad de las Cofradías que hay hoy...pero un respeto encomiable del público hacia los Cortejos, antes incluso que fueran escoltados por la Policía Armada, es el mismo público de estos tiempos convulsos de evidente decadencia en valores, creencias y respeto hacia las entidades? Pero no solamente son estos nuevos tiempos, diferentes en pensamientos, palabras y obras, sino en cantidad y en calidad de compostura.
Advertidas y bien amenazadas, diría yo, están nuestras Cofradías, por el comportamiento de las masas en los últimos años, basta memorizar las carreritas del año 2000, 2009, 2015 y 2017) buen ejemplo de la presión que ejerce la aglomeración de un número ingente de espectadores de todo tipo y condición, multiplicado, por un número creciente de nazarenos en las cofradías de mayor predicamento popular, multiplicado, por bullas incontrolables, que marchan todas en dirección al epicentro de la ciudad sin estar claramente habilitadas zonas de evacuación preferentes, incluso y máxime, para los abonados de la CO, cuya zona de riesgo delimitada, se convierte en una ratonera sin salida.
     Ya va siendo tarde, como indicaba, el Foro cofrade en uno de sus artículos de opinión, que los DMG, presenten una determinación y la pongan encima de la mesa de cabildos, que el CECOP, al que nunca le agradeceremos los bastante su celo por nuestra Seguridad; pegue un golpe de autoridad en la mesa de reuniones periódicas y que el CGHHCC, encoja un poco más el pecho de su soberbia. Las Cofradías, han de buscar recorridos alternativos, póngase en valor, que las Hermandades del Domingo de Ramos, no pueden desfilar cuando salen de la Catedral a las calles de vuelta, en el mismo orden que ocupan en la CO. No es lo mismo el tiempo que tarden en desfilar: La Cena, la Hiniesta y San Roque, con sus respectivos y poblado número de nazarenos, por CO, debidamente obligada a cumplir en tiempo y forma, su horario e itinerario, que cuando lo hacen por Placentines, Alemanes, Argote de Molina... abarrotadas de público, SIN SALIDA, sin otro remedio que soportar estoicamente, las tres o cuatro horas interminables de paso y/o atreverse a cruzar -modo safari-entre el entramado del público hacinado, incluida "parcelas de sillitas" y corralitos improvisados, hasta encontrar la presencia de algún miembro o grupo de CECOP, que ponga orden, donde no hay concierto.
    Aquí es donde siempre replican los "rancios", con sus fórmulas magistrades de -Vd lo que quiere es una silla en campana- ¿y quien no?... pues, ¡ande y váyase a casita a verlas en la tv local, que allí no se perderá un detalle en primeros planos!...o esta otra frase recurrente de: ¡Sevilla, siempre ha sabido moverse en las bullas, se ha abierto paso, con educación y paciencia! Pero la verdad del cuento, es que vd sabe mejor que yo, lo imposible de abrirse paso hoy por las calles, ni paciente ni humanamente, sin encontrarse al vigilante "guardajurado" del sitio adquirido por la ley del tiempo de espera, al que después del consabido rifirrafe, tendrás que explicar, ¡que vives, detrás de la puerta donde está apostado!...amén de un número complejo e indeterminado de anécdotas surrealistas que todos tenemos reservadas, para escribir la enciclopedia de cruzar por las calles de Sevilla, en Semana Santa.

    Lo cierto es, que dada cuenta y visto lo actuado, el paciente lector, querrá que se  le den soluciones y no me pierda en la retórica parca. Pues bien, no hay otra solución, habida cuenta que esta CO nuestra, es la mejor que tenemos, Sr. Vélez, con todo respeto y por imposición, no se me ocurre otra  que la que suscribo: "Al Salir de la Catedral y una vez efectuada la Estación de Penitencia, UNA COFRADÍA hacia Placentines/Cardenal Amigo (que no se nos olvide) Y LA SIGUIENTE COFRADIA, hacia Plaza del Triunfo...-Dirección Obligatoria, es decir, una a la Derecha y la otra hacia la izquierda o viceversa- ¿y como nos la aviamos?...pues con sentido común, sentido cristiano, espíritu fraterno y algo de sacrificio. ¿No somos Iglesia, pues demos Ejem?: La Paz, podía poner tierra de por medio, entre la Cena y la Hiniesta y La Estrella, entre San Roque y Amargura....Sabemos que hay otra alternativa: Por la Plaza de la Alianza, se Llega a Mateos Gago y de allí, a la ronda o Alfalfa...¿Sería mucho pedir, que las Hdes., desahogaran a sus respectivos cuerpos de nazarenos, desviando su recorrido unos metros, en favor del patrimonio humano. El Lunes Santo, también tiene solución en el Sector, San Vicente, Plaza del Museo, con buena voluntad y entendimiento -poniendo tierra de por medio- en uno de los días más solidario entre las Hermandades. La Alfalfa del Martes Santo, sí se puede, Sr.Vélez, está demostrado...y así sucesivamente. ¿Han visto, como se ven las Cofradías del Sagrado Viernes Santo Tarde, todo un placer y deleite, desplazarse en calma -hay bullas- sí y apretadas; casi todas las cofradías, discurren por el Postigo y alrededores, pero hay fluidez. Algunos dirán que Sevilla está cansada y hay menos gente en la calle. Pero no es así, la realidad es que hay mucho espacio y los cruces parecen estar más regulados, mejor repartidos. La cuestión es que los exégetas de nuestra traumatizada Semana Santa DMG, sacrifiquen el amor propio de sus respectivas Cofradías, en beneficio de la fraternidad de todos. Y aunque sean siempre las mismas y esto escueza (Gran Poder, Macarena, San Esteban, Hiniesta), la Autoridad eclasiástica, no nos tenga que llamar al orden, con baculazos tan psicológicos Y desagradables, como que la "dejemos en Paz...DEJADNOS EN PAZ". La ciudad ya ha avisado y el que avisa no es traidor: si las Hermandades y Cofradías de Penitencia, no se ponen de acuerdo, volveremos a sufrir en nuestras carnes, el efecto aterrador de una nueva turbamulta o el desolador aspecto de una madrugá, con las Cofradías discurriendo solas por las calles inhóspitas a causa del miedo...y es que no hay nada peor, que el público acorralado.


domingo, 6 de noviembre de 2016

LA INCONTESTABLE REALIDAD DEL MÒVIL

         
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foto, El Correo web

   Conviene hacer la señal de...digo no olvidarse del móvil: al salir de casa; (cacheo los bolsillos, llevo el móvil). Al entrar en la...digo en el trabajo (dichosos los que están en nómina más de una semana, ganando 500 al mes)... antes de comer,( repaso el móvil, reviso mis grupos de wasap, veo las 300 fotos de postureo faceburil, algunos vídeos de caídas del imperio vándalo, que sean virales; compito en la carrera de los dolores de mi familia; recuento a ver quien gana en barbitúricos; me embobo con las divas y divos que están de la muerte, que sencill@s) y antes de dormir, repito, sobre todo al verme en alguna necesidad, tentación o peligro, que es prácticamente, el resto del día. Después tengo la desfachatez de exclamar: ¡No!, si yo no utilizo el móvil apenas, solo para saber como está mi gente, que si no los llamo o envío un wasap, de mi no se acuerdan. Y ahora me vienen, -ahora pasa-, lo que está pasando, al enfrentarnos con la cruda realidad, -que como bien sabemos, supera a la ficción- El móvil, forma parte de nuestras vidas, como lo forma nuestra pareja; nuestros hijos; nuestros nietos y/o, nuestros mejores amigos. Digamos que es, nuestro DNI; el elemento que más nos distingue y al mismo tiempo nos une, la etiqueta de “anís el mono”, según Chiquito, o el graduado escolar de mano, título mínimo e indispensable para encontrar un sitio en esta vida, o dicho de otra manera, como predica mi presbítero de cabecera: el refugio de la más absoluta soledad en la que han sumido las nuevas tecnologías al hombre, en los últimos tiempos. Pero seguiremos, negando la evidencia, como Pedro negó a Cristo; como aquella mentira humana, que convirtió a los documentales de la 2 en leyenda, como la vergonzante confesión, de que solo veo “Salvame” por entretenerme, poniendo como lamentable excusa, la violencia de los telediarios y la baja calidad y exceso de sexo, que genera el cine español o la infumable programación de tve1. Bueno, no todo es verdad, pero la verdad es un espejo en el que nos miramos y cuando nos miramos a ese espejo, espejito mágico, la realidad nos muestra la cara de lo que somos. Eso es lo que hay, no hay más ciego, que el que no quiera ver. La salida extraordinaria del Señor, para presidir el Pontifical, organizado por el CGHHyC , con motivo del cierre del Año Jubilar de la Misericordia -del tirón me ha salido- aunque algunos -no lo reconozcan- EL SEÑOR ES EL SEÑOR y no hay más que uno, el que manda en Sevilla para España y la humanidad. Ese mismo SEÑOR, que ha congregado, la más ingente multitud que se haya echado a la calle, en todos los tiempos de la historia de esta ciudad santa -hablo de memoria en voz alta- nos ha mostrado, además de la imagen viva de Dios encarnado, andando por sus calles, como el que anduvo en el mar, la otra cara de la moneda, el dichoso móvil estereotipado, que clamaba, levantando al unísono el multicolor objetivo digital de sus pantallas, la llegada del Señor, para inmortalizar su paso. Los ciegos -dice el Evangelio- no podían ver al Maestro y por ello gritaban: ¡Jesús, hijo de David, bendito de Dios, TEN PIEDAD DE NOSOTROS! Pero hay que estar más ciego todavía, para no ver pasar al SEÑOR de Sevilla, o dejar de admirar el Milagro de verle ese instante preciso que pasa por nuestro lado. Tu crees que la invasión silenciosa de los móviles, apuntando al SEÑOR, es capaz de restar atención a la incontestable catequesis que estaba impartiendo el Maestro por las calles de Sevilla. Sí, todo pasa y todo llega, ahora resulta que les molesta la marejada de móviles a aquellos que estaban acostumbrados a levantar impunemente sus cámaras con el dichoso zanco -entonemos pues humildemente el mea culpa- el mea culpa que se alzaba en su escaloncito metálico, para captar la foto soñada, de manera arbitraria, inopinadamente, sin respeto al personal, que también a la bendita imagen, por supuesto. Haberlos hailos, como las meigas, Dios guarde a los que siempre respetaron al respetable, buscando el buen sitio -sin molestar- alzando el escalón sobre la pared o pertrechándose juntos en gradas accesorias y reservadas para su buen oficio. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos con la mejor naturalidad -aunque la invasión silenciosa- sea de lo más desnaturalizada que se conozca. Es una realidad y como tal imparable, hasta que por sus propia inercia, caiga al abismo que le corresponde. El Señor, había que sentirlo y vivirlo, como se vivió y sintió bajo el mismo cielo rendido a sus plantas y tanto fue así, que además de vivirlo ¡Dichosos porque somos salvos en la Fe de acariciar el mismo aire que El respira, en el vaivén de su túnica!, sin dejar de rezarle, como quiera que cada uno reza en su corazón. Nos lo llevamos a casa y lo compartimos y multiplicamos -Bendita imagen-,, con quienes no contaron con la suficiente salud para verlo. Personas mayores, enfermos, impedidos, presos, desesperados, que aún están gozando -estamos gozando- con lo captado por esta invasión de móviles. Gracias a las nuevas tecnologías, como gracias – siempre y en todo lugar, vaya por delante- a la labor encomiable de los reporteros gráficos y tantos y tantos profesionales, con los que tuvimos la suerte de gozar, -no solo la presencia viva de Dios por la nuestra Jerusalén-, sino el don magnífico de la ubicuidad-, disfrutando de todo lo largo y ancho de su recorrido y sus momentos irrepetibles: La música de “Ione” en el Andén; Su visita a las Hermanas de su Cruz y su paso por Montesión, a los sones de la Pasión. Todo ello, además de la dicha de haber escuchado su Palabra elocuente en respetuoso silencio, lo llevamos en el móvil -cada uno cuando más lo necesite-, como antidepresivo y eficaz ansiolítico, para revivirlo en la dulce intimidad de nuestros hogares. Si hoy y para siempre, vimos o escuchamos a Dios, no endurezcamos el corazón. Así sea.  

jueves, 6 de octubre de 2016

No habrá Paz, para los que no crean en ELLA

No habrá Paz, hasta que el hombre se convierta, como el mosto en vino nuevo, hasta que los pacíficos, siembren la semilla de la conciliación en el huerto donde se recrean las nuevas generaciones curadas de pretéritas memorias. Hasta que la misericordia y no las buenas razones, ni el sacrificio inútil, se demuestre con las obras corporales y espirituales; hasta que la mentira, aplastada por la luz de la verdad en libertad, descubra que la guerra es un fracaso, se mire desde la punta cardinal de donde se mire. No habrá Paz, hasta que la industria armamentista, reconvierta su universal arsenal, en productos de fogueo, para el ocio de la humanidad que hace colas en un parque temático de atracciones de feria. Y desde el Porvenir, en el esplendor del tiempo, los blancos encalados barrios de la vida, tracen alineadas de naranjos las calles, por donde pasa la Reina primorosa de la Paz perfectamente igualada. Mientras tanto, no habrá otra Paz, que la que se corona, con reflejos purísimos de plata cincelada por nuestras buenas intenciones, coronada por la devoción de los hijos que mamaron la blanca leche de una túnica nazarena, siguiendo una Cruz de miel, con cantoneras argénteas que paso de padres a hijos. No habrá más Paz, que el fin de una guerra fratricida, fundamentalista, energúmena y fanática, que lleva a los pueblos a la ruina, bendice los crímenes contra la humanidad, les promete el paraíso de las huríes o absuelve a los soldados del asesinato reciproco o colectivo. Si esta cerrazón no termina., habrá Paz condicionada por la distancia que separa oriente de occidente, Una paz, disfrazada de mentiras políticas, que iza la sábana manchada por los sangre sobre un tronco arruinado en el suelo. Una Paz derramada por la piel de los más débiles, que orada la geografía de los países menos prósperos, de bases atrincheradas y puntos estratégicos, donde se almacena la riqueza que se le niega al pueblo. Mientras tanto, reclamando esa Paz antigua como el hombre, se hechará al vuelo la Paloma mensajera; la Reina indiscutible, la siempre Bienaventurada Virgen, que en Sevilla, como en todos los hitos de la perseguida cristiandad, tiene pena de Dolorosa. Pena de cruz, entre sus dulces manos, colmo de la misericordia, dispuesta a recorrer el camino de su coronación popular. Pero ¿todo vale para coronar esa Paz que junto a la Trinidad , reina Coronada en la vida Eterna?, No todo no vale, porque en este Valle, las coronas canónicas, cuestan más para unas Vírgenes que para otras, suponiendo que todas las Imágenes Marianas y benditas están consagradas a la misma Dignidad.. Todo vale lo que cuesta creerlo, o pagarlo con limosnas, dispendios empleados para para mantener viva la mermada industria de la Orfebrería y maquear la cara de la misericordia que va sobrada de obras y escasa de contenido. Pero todo se da por bien empleado, cuando sirve sobre todo a una causa perdida. La Paz imposible, no ha dejado de llorar en la tierra, el llanto famélico de las víctimas principales de la guerra; los más débiles. La Paz siempre incumplida, huye de Siria, muerta de miedo en el rostro de las madres de Jerusalén. La blanca enseña de la mayor quimera del mundo, enjuga la Pasión y Muerte de los niños de Alepo. Una Paz inaccesible que se desgrana y expande, haciendo añicos de metralla, sembrando el terror, como un gran puzle, imposible de reconstruir en su retablo vandálico de cerámica polvorienta. La última letanías de la Señora, la que inmediatamente alerta a la familia, tenía que ondear su bandera blanca, el sueño de la Paz, desde su nido del Porvenir, como un último recurso, de los últimos recursos más llenos de buena voluntad, que de justicia, que esgrime la Iglesia de Sevilla, en la tierra de María, en el año de la Misericordia. Aunque fuere una semana y costase, lo mucho que valió la Pena de ver, camino de la Catedral, su tálamo de albas transparencias, fundidos en un parque, edificado entre pabellones y flora neogótica, que hacía juego con una orfebrería digna del jardín de las delicias. No habrá Paz, ni a largo y a corto plazo, solo será una semana de alto el fuego, pero tan alto, como las marías enrizadas que custodian a la Reina y tan profuso como la diametral candelería de nácar que abre el cortafuego, que nos lleva por el único camino posible, la dulce calle del centro del palio, que destrona a los poderosos y enaltece a los humildes. Aquel magníficat, que todas las generaciones proclamaron Bendita; Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo, que entre sollozos musita la Paz que está con todos nosotros, para que la regalemos y distribuyamos fraternalmente. De esta Paz, que no hay otra que se precie, por auténtica y verdadera, por humilde y Piadosa. De esta Paz nacida en el Porvenir, como todo lo que tiene Vida eterna, tuvimos hace días, presencia en toda su Realeza Coronada y a Dios que la disfrutamos, por la ciudad histórica de Placentines, Alemanes, Avenida y Palacio consistorial, donde la lluvia tan deseada, calló como chuzos ingrávidos de perfumada precipitación. No habrá Paz, hasta que el mundo la copie, como mapa del tesoro en toda su geografía. Ella sigue siendo el futuro aparcado por el bienestar del hombre, en el viejo olvido de la Fe. Ella es el Porvenir y el porllegar de la única PAZ posible en el mundo, con Pena de Dolorosa.  

lunes, 15 de agosto de 2016

La radio de la Virgen

     
http://www.radiomaria.es/Default.aspx

Enganchados a RADIO MARIA , quien lo dijera: Uno que pensaba, que esto eran cosas de beatas pías (a Dios rogando y con el mazo dando) -que también- Pero no, por lo visto y escuchado, no es así,  ni nada hay más contrario a la realidad. Porque RADIO MARIA, la Radio de la Virgen, nos tiene enganchados, por otros y muy distintos derroteros. Hoy día, si hay una Radio que va contracorriente, esa es la Radio de la Virgen. Ya su simple nombre y dedicatoria, supone un desafío: ¡Radio María: la radio de la Virgen!; María la Virgen, acepción que ya resulta contracorriente en una sociedad que se rinde ante el individualismo. Una emisora cuyo principal lema, es el encuentro con DIOS y la Virgen Santísima, ya rechina...ya establece rechazo, ya suscita desconfianza, en un mundo que adolece de acusado sincretismo. ¿Una radio que reza?...sí que reza de católica y apostólica, de romana y ecuménica, de cristiana en todo su esplendor y además, reza el santo rosario, dos veces al dia y emite la eucaristía a diario, eso causa -si no, controversia- bastante desazón. Sobre todo en las corrientes neoliberales o de acusado carácter aconfesional. La Radio de la Virgen, no tiene "esponsores" publicitarios; solo anuncia la Palabra de Dios solo pide la ayuda de sus fieles, la donación de los esperanzados; la limosna de los creyentes, para no ser devorada por los tiburones que se reparten el pastel reservado a las grandes multinacionales que manejan los hilos de los medios de comunicación convencionales. A todos los escépticos, a los amigos del "por favor, yo no gracias" le invito a que a que sintonicen el dial: 96.2 de FM , escúchenla de fondo, como el que oye llover...no prejuzguen, sonrían irónicamente...la luz, que tiene una velocidad de 3600 km/seg., quizás tarde un poco más en encenderse, pero es la luz que ilumina: "una luz en tu vida". Les irá sonando, aquella oración maternal, que ahora, al escucharla, intentan recomponer. Prestarán su atención, aunque parezca que no están atentos- Les suena la palabra Padre, madre, eterno, Hijo, hermano, amigo, nuestro, cielo, tierra, santo, ley, sagradas escrituras, antiguo testamento, salve, credo, evangelio, angelus, -misericordia que se repite constantemente-, perdón y ese indefinible vocablo que todo el mundo repite a su albedrío: AMOR. Suavemente, sin estridencias, con el idioma universal de fondo, la música, les irá sonando. El encuentro, la acogida, no tardarán, porque ustedes, como yo, están buscando esa pincelada de expresión que les conforte. De momento, empezarán ordenando, esa habitación amontonada de trastos inútiles, que guardan en el desván del alma. Buscan algo, algo más -no lo saben- pero lo que sea, ya han comenzado a encontrarlo; porque el que busca, haya. El que llama, se le abre; el que pide, se le da. Hay "un Dios de cada día"; un ser necesario que trasciende, que sale de tu boca, mecánicamente, invocado por costumbre y tradición al encontrarte en alguna necesidad, tentación o peligro. Ese ¡Dios mío! ¡Madre del Amor hermoso!, exclamación o llamada de socorro para los casos de extrema urgencia. Dime si no es verdad, que tienes a Dios presente, tomando su nombre en vano, para imponer tu razón o perder la razón, por medio de la blasfemia. Sabes que el mundo no marcha bien, que en el camino del consumo, el progreso y el bienestar, hemos dejado atrás valores que no tienen precio, para ir amasando productos materiales que promueven un culto al cuerpo, una competición vertiginosa por cuidar la imagen, el ego, las apariencias, el aspecto exterior. Compramos con dinero una felicidad efímera, expuesta en los escaparates a cualquier precio, aunque para ello tengamos que prostituirnos o perder los escrúpulos. No eres feo, eres pobre -así vende el príncipe del mundo, en su fábrica de humo. No necesitas otro Dios, que tu mismo, otra fe, que la confianza en ti mismo; otros sacramentos que no sean los que satisfagan plenamente tu cuerpo, a través del deseo, el placer y la concupiscencia. Para todo lo demás, "master card". Es hora de que te presente, sin compromiso, la Radio de la Virgen, porque estás cansado, agobiado, desesperanzado de esta farsa materialista que conduce al vacío, cuando te desmaquillas por las noches. Hora de que te invite, sin obligación alguna a escuchar las pinceladas de la Hermana Carmen, todo un dechado de catequesis adulta, ilustrada, sabia al mismo tiempo que sencilla, magistral en sus profundos argumentos, filosóficos y teológicos, bajo el prisma siempre de la nueva evangelización. Mirad que el efecto que produce el respeto a la libertad de opinión, nos fundamenta en la Fe, nos hace confiar en que hay esperanza, siempre la esperanza por la que somos salvos, según el apóstol San Pablo. Hay una voz, que es un grito de esperanza, delante del  micrófono. Esa voz no tiene más edad que la de hoy día, es una voz, cualificada, experta, consagrada, dispuesta a servirte de ayuda: ante la "vida como es", responde el don del consejo, para ayudar a las  parejas en su relación de convivencia. Cuando el matrimonio tiene fecha de caducidad, como sacramento para toda la vida, hay una voz, que clama en el desierto, para articular las claves del proceso de formación para el amor, el verdadero amor que Dios ha unido, para que no lo separe el hombre. Al otro lado del micrófono, en cada casa donde se halle una persona sola, angustiada, deprimida, enferma, prisionera del pasado tenebroso, llegará el aliento que nos une a todos en un mismo fín: levantarnos, animarnos, caminar juntos. Así se establece la relación amorosa, que perteneciendo a un mismo Dios, no conoce más credo que amar, para ser amado. Esto lo cumple a rajatabla, la radio de la Virgen; en su amplia parrilla de programas -día, noche y madrugada- llegará el mensaje directo al corazón; la reflexión aleatoria que hará diana en el diverso estado de ánimo que atravieses. La voz de los sin voz; el pozo de Sicar; el compendio del catecismo, la hora santa; el Dios de cada día, para que tengas vida, que en esta vida no es poco, consolar con la palabra: "escucha y consuelo",  agradar con el conocimiento; enseñar al que no sabe y además se muestra dócil para aprender. No hay nada más nuevo, más revolucionario, más contracorriente, que volver a tu raíces, a esa casa donde sembraron tu semilla olvidada, la semilla del espíritu que levanta los ojos y recuerda, para rescatar del estadio polvoriento de tu memoria, aquellas oraciones que suenan a campanas de Angelus. Unirse progresivamente a la comunión de los santos y como dice por allí un buen sacerdote: "porque es bueno, estar juntos, que Dios nos bendiga a todos"... enganchados o no a Radio María....escucha tu corazón.  

martes, 5 de julio de 2016

Dejad que los Niños




Desde que tengo uso de razón, hace más de cincuenta años, estoy viendo niños famélicos; negros, chinos indios, modelados en aquellas huchas del DOMUND, que repartían en los colegios de los años 60 del siglo pasado, para sufragar la labor apostólica y misionera de la Iglesia. Aún sigo viendo los mismos rostros de la miseria infantil, de la desnutrición, de los pechos secos y flácidos que miran al vacío de las pantallas o ilustran fotos impresionantes dignas del “pulicher”. Ni el esfuerzo continuado de la Organización Mundial de la Salud; ni el trabajo encomiable de la UNESCO; ni la presencia constante de CRUZ ROJA; Aldeas infantiles, UNICEF, Medicos sin Fronteras; Mensajeros de la Paz; Misioneres, Cooperantes, Voluntarios; y/o innumerables presencia de ONGs, ha logrado, poco más que atender puntualmente el incesante caudal de necesidades y precariedad permanente, que padecen los niños del hambre crónica, instalada en el llamado tercer mundo. Los niños, que tuvieron la desgracia de nacer donde la familia era semejante a la camada de cualquier manada de animales, continuan deambulando por los lodazales de poblados y aldeas, con la pena ancha retratada en sus ojos famélicos y los labios cuarteados, comidos por las moscas, apenas sosteniendo un esqueleto escuálido que pronuncia la hinchazón de sus vientres inflado por los gases. Esos niños, ya no son patrimonio exclusivo del cuerno de Africa, sino que se reparten por todas las latitudes, donde impera la miseria, fruto de la injusticia social, víctimas de las políticas imperialistas y del fanatismo de una religión que los inicia en el horror del manejo de armas y la lucha fundamentalista que promueve el odio, la tristeza adolescente, la impiedad y la indolencia ante la muerte, como máximo objetivo de una liberación irracional y demoníaca. La extrema gravedad de la situación que viven estos niños, escapa a nuestra conciencia, se hace un mal rutinario, cotidiano, al que vamos acostumbrándonos, en el día a día, al contemplar, los innumerables casos de denuncia que observamos indolentes, a través de los medios de comunicación y constantes llamadas a la ayuda solidaria y colaboración, con las distintas organizaciones involucradas en erradicar la pobreza infantil. En nuestra sociedad occidental, donde nuestros niños parece que lo tienen todo, que disfrutan, hasta la saciedad de una comida sobrante, que termina allá donde otros rebuscan alimentos, contemplamos ya este mal, que nos sacude el corazón, a la sobremesa, pero que termina haciéndonos indiferentes, ante las imágenes del terror infantil, que se cuela en nuestros hogares. Estos niños mártires de Bangladés; Santos inocentes de la barbarie perpetrada por lobos solitarios que se ciñen el cinturón de explosivos para inmolarse en el nombre de un Dios grande, en cualquier termiinal; estos niños huérfanos del amor Trinitario, para los que no hay respuestas que justifique su presencia en este mundo, más que aquellas palabras que bendiciéndolos sobre sus rodillas, aseguraba, que nadie que no fuera como estos niños, entraría en el Reino de la justica, de la Verdad, de la Paz y el Amor, Pues por estos niños, nos estremecemos los hombres salvados por la esperanza del Apostol San Pabro. Los hombres que sentimos en nuestras carnes el dolor y la condolencia que permite la misericordia divina. ¡Dios mío, haz que nunca seamos indiferente! Ante tan execrable contabilidad de víctimas del terrorismo fanático, cuyo parte diario tanto nos aflige. Un niño es de las pocas alegría que nos permite seguir creyendo en este mundo herido por el pecado. Un niño es la mirada agradecida de la fe, de todo la confianza que ponemos en aquel que todo lo puede. Un niño, nos puede llevar a la perfección por la caridad, ya que su inocencia, responde siempre al buen ejemplo, al único sentido del amor que da más de lo que recibe. ¡Dios mío, haz que nunca seamos indiferentes! Ante el crecimiento de la pobreza infantil, que preconiza “Caritas”en sus preocupantes informes. Porque también aquí, en nuestro primer mundo, en el privilegiado mundo de los paises que presumen de riqueza social y estabilidad política y económica, los niños siguen sufriendo, la falta de alimentos esenciales para su crecimiento. Los niños siguen sufriendo con los errores de unas familias desestructuradas; separadas, incomunicadas, que propician el chantaje y la extorsión de unos padres que compiten entre sí en beneficio de la mala educación de los menores. Niños que padecen en silencio, la violencia de género; el maltrato físico, la violación por parte de sus propios padres, madres, madrastas y padrastos. Niños malcriados en la indiferencia, en la comparación odiosa, con respecto a sus padres y hermanos, en la cerrazón , en la desconfianza, en la inferioridad, el miedo, la insatisfacción y el desprecio. Si el amor, no lo remedia -esa es nuestra fe como creyentes y hombres que buscamos la verdad- el hambre infantil y la sed de justicia que se extiende como una plaga devoradora; los que padecen persecución por razones de sexo, raza, color o credo, continuarán -continuaremos- siendo víctimas de estos brutales atentados, que por otro lado, no responden a ninguna seña de identidad, ideal o doctrina, ya que ningún Dios -por trascendente que sea- tiene entre sus planes, la llamada a una guerra tan profanamente santa, que promete alcanzar tan disparatadamente el paraiso.

jueves, 30 de junio de 2016

"A quien le importa"...

    


Pero hay a quien le importa lo que tu digas, lo que hagas, el modo de actuar, las formas, el decoro, el pudor...en una palabra, el respeto que has de guardar, para reivindicarlo públicamente, cuando los derechos humanos: la ética, estética y la moral social, se vean amenazadas por la falta de libertad. No puedes, no debes, acusar de homofogo al clero, cuando eres tu, quien sodomiza los hábitos religiosos, profanando en público el respeto que se le debe a las órdenes religiosas. La Cruz, es el símbolo de los cristianos, el sagrado leño donde padeció y murió nuestro Señor Jesucristo para redimirnos, -si, para redimirnos a todos sin distinción de credos, razas, color o sexo- aunque tu no lo creas, sin discusión de género. Sobre esa Cruz, los cristianos con sus pastores al frente de su iglesia, hemos jurado, tantas veces como a lo largo de la historia, nos hemos equivocado, como humanos que somos, pidiendo perdón públicamente por los abusos de todo género, que ha cometido el magisterio apostólico. El actual Pontífice a quien tu, admiras tanto, ha apelado en repetidas ocasiones al Amor, el perdón y la misericordia, como máximas de un Dios cercano, que nos ama a cada uno, personal y colectivamente y que no desprecia a nadie que apele a este amor redentor, por cuestiones de credos, raza, color e inclinación sexual. No puedes, no debes, demonizar, la señal de esa Cruz salvadora, que es el alfa y el omega, los cuatro puntos cardinales de nuestra Fe, para llenarla de babas, mojarla en alcohol o someterla a toda clase de oprobio por tus carnes desnudas y fetiches de cuero. Tu derecho, no lo discute nadie, tu libertad, deja mucho que desear, encadenada al culto de tu cuerpo, entregada a la provocación más transgresora. El orgullo, no se exhibe brindando al sol con la lujuria y el desenfreno. El orgullo, que en definitiva es abono para la soberbia, queda en entredicho, ridiculizado, cuando se aprovecha para desacreditar, las costumbres, creencias y tradiciones de aquellos a los que tachais de rancios, fachas, intolerantes y homófogos. Ya que sois tan libres, como para no tapar vuestras verguenzas; ya que sois tan progresistas y tolerantes, como para ahogar en alcohol, vuestras miserias; ya que estais tan seguros y encantados con vuestros cinco días de Fiestas, ya que gente de todo el mundo acude a la colorida cita de la Plaza y la resentida sociedad de consumo se nutre de tan arrollador ambiente, para crecer en riqueza y creación de empleo...Respetad, desde la altura espectacular de vuestras florecidas carrozas, a los que deseamos estar orgullosos de la educación de nuestros menores; no porque vuestro ejemplo de entender la vida sea incoherente,-que lo es- sino por lo exagerada y extravagante manera de predicar vuestra cultura; cultura al fín que aborrece y repudia a los que creemos que el amor y el sexo libre, no tiene nada que ver con la exhibición del verdadero amor. Que para expresar públicamente la inclinación, no hace falta caer en la grosería de enseñar el culo por la calle, ni para injuriar, ni maldecir a la Iglesia católica -perseguida siempre por todos los confines del mundo- hace falta blasfemar y profanar, los símbolos y hábitos tan sagrados para los creyentes. Haced el favor de lucir y tender vuestro Arcoiris, -que por cierto fue la señal de la reconciliación y la alianza que estableció Dios con todos los hombres- pero hacerlo, sabiamente, sin necesidad de tener que esconderos bajo esa bandera, para tapar las verguenzas y miserias de una sociedad cada vez más aplastada por el príncipe del mundo. 

Madre, Padre, hijo, nieto, hermano:  no te preocupes, -bien mío- yo te voy a querer de todas maneras.

jueves, 26 de mayo de 2016

LA INSOPORTABLE MAGNITUD DEL SER

EL CORPUS


La Procesión Principal de las Procesiones. La Función Principal de los Desfiles Procesionales en la calle, la más Solemne y Antigua manifestación de Fe popular; la que sigue siendo Jueves que reluce más que el sol de los únicos tres jueves que restan en el almanaque devocional de las Españas. Se cuestiona en la ciudad de las posturas contrastadas, por su insufrible tiempo de paso -desde los carráncanos hasta la Custodia (más de tres horas). Circunstancia real que ha propiciado el notable descenso de espectadores en los últimos años, sobre todo a las primeras horas del recorrido, frente al incremento de público que se produce, según avanza la mañana, alrededor del altar que preside el Señor de la Sagrada Cena, dispuesto en las andas procesionales del cotitular Cristo de la Humildad y Paciencia. La elegante mañana con sabor a menta, romero y juncia, en la que Dios se presenta en la calle para devolvernos la Adoración perpetua de los adoradores, ha perdido en su nivel de convocatoria, lo que ha ganado en la masiva participación de acompañantes en el cortejo, en representación de sus respectivos cofrades de Hermandades Sacramentales, de Penitencia y de Gloria. ¿Algo pasa?, cuando se relaja de manera ostensible la participación de público; el número de altares y escaparates, para concentrar el interés en el traslado de vuelta del Señor de la Cena, con todos los avíos de procesión de Semana Santa y el atractivo de la Banda de Música de la popular Cigarreras. Muchos de los comercios tradicionales de los Placentines, Francos Chapineros, han cerrado, cediendo el paso a las franquicias desarraigadas; las Hermandades están cansadas de invertir en tiempo y dinero, montando sus tradicionales altares, ante la indolencia y falta de colaboración del Cabildo (Catedral yMunicipal), la gente -cada vez más cómoda, opta por contemplar plácidamente la Procesión, desde sus hogares y sofás, evitando molestias de sol y calor de justicia; los jartibles de las redes sociales, se conforman con pasar fotografías desde su móvil o sentados frente al portátil, llenando las páginas de contenido cofrade, del directo y la inmediatez vertiginosa. Todo se sabe de antemano, todo se comparte desde las nuevas tecnologías, todo se anticipa, por vía “feibu-tuiter-wuasap”; todo se adelanta y comenta, antes del tiempo real y el espacio adecuado. “Ahora, te veo por tv; levanta la mano, sonríe, saluda con el pulgar. Todas estas circunstancias propias de nuestros tiempos, relativizan la presencia de los fieles a la Magna Procesión y subrayan la presencia multitudinaria de las representaciones de Hermandades y Cofradías, que son las que realmente han de manifestar públicamente su fe católica. Y sin embargo, se habla incluso de reducir, el nutrido cortejo de algunas Hermandades que acompañan al Santísimo con luz, debido al buen número de cofrades que participan. ¿Que pasaría, si dichas representaciones, se sumaran al escaso público que contempla la Solemne Procesión del Corpus por algunas calles, restando el número de sus hermanos (númerus clausus)? Pese a todos los condicionantes y excusas de carácter religioso, político y social, que queramos aducir con arreglo a la probable decadencia de la Procesión de las Procesiones, no obstante el posible fideismo que muestra esta ciudad, más interesada por la salida de vuelta del paso del Señor de la Cena aderezado por el atractivo de la banda: lo esencial es que DIOS está en la calle, entronizado en la primorosa custodia del ínclito Arfe, rodeado de toda la elegancia y el esplendor, religioso, político y militar -aunque esto último sea lo más incongruente que se le pueda rendir al honor de los honores: las armas. Y La incuestionable ciudad del postureo y la protestación de Fe popular, se echa a las calles perfumadas de romero, para ALABARLO, Adorarlo y darle Gracias. Por esta mañana preclara, - más que símbolica, presencial- en sus cinco siglos de tradición e historia, no hay nada más que merezca la pena y la gloria -Cielos y Tierra- que, Bendecir al Señor, -Dios está aquí- en el jubileo de las veinticinco campanas de la Torre fortísima, en comunión con todos los alminares y espadañas de la urbe. ¡Venid, adoradores, adoremos! .Hoy es DIOS, por las calles de Sevilla, el Sacramento de nuestra Fe. Más tarde, volverá a ser el Jesús Sacramentado, reservado, íntimo, esencial, que se muestra en el silencio de los Sagrarios, clausuras y Conventos, para su perpetua Adoración.

lunes, 23 de mayo de 2016

Donde está el buen samaritano...

                                   





Hablábamos de la Trinidad, intentando describir el misterio más inabarcable de nuestra fe cristiana. Citábamos a San Agustín, uno de los padres de la iglesía que más ha profundizado sobre este misterio: “El Padre engendra al Hijo por el conocimiento y el Amor; fruto de este Amor de ambos, proviene el Espíritu Santo”. Atendíamos a los escritos de -teología para nuestro tiempo-, del Dr. Jose Antonio Sayés: “Solo cuando sabemos que provenimos del Amor y que volvemos al Amor, superando el sufrimiento y la muerte, es cuando podemos dar lo mejor de nosotros, con desinterés y alegría”. Intentamos en clase de catecismo para adultos, desarrollar la virtudes teologales, como dinamismo operativo de la gracia recibida por Dios; la Fe, fruto de la entrega y confianza; la Esperanza; consecuencia de esa entrega y confianza en Dios y la Caridad -el Amor- fruto jugoso e indispensable respuesta de maduración en la entrega a Dios. También entendidas estas virtudes, como un diálogo intertrinitario. Del que después bordó en su panegírico, el presbítero que oficio la Santa Misa, destacando la unidad y diversidad de la iglesia, iluminada en todo momento, por la presencia del misterio Trinitario. El Santo Padre, Francisco nos exhortaba en la meditación del Angelus con acertadas palabras sobre la solemnidad de la Trinidad: “
                       Nuestro ser creados a imagen y semejanza de Dios-comunión nos llama a comprendernos a nosotros mismo como ser-en-relación y a vivir las relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor mutuo. Tales relaciones se juegan, sobre todo, en el ámbito de nuestras comunidades eclesiales, para que se cada vez más evidente la imagen de la Iglesia icono de la Trinidad. Pero se juegan en cada relación social, de la familia a las amistades y al ambiente de trabajo, todo: son ocasiones concretas que se nos ofrecen para construir relaciones cada vez más ricas humanamente, capaces de respeto recíproco y de amor desinteresado.

-y añadía el Pontífice: -
“  La fiesta de la Santísima Trinidad nos invita a comprometernos en los acontecimientos cotidianos para ser levadura de comunión, de consolación y de misericordia. En esta misión somos sostenidos por la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: cuida la carne de la humanidad herida por la injusticia, la opresión, el odio y la avaricia. La Virgen María, en su humildad, ha acogido la voluntad del Padre y ha concebido al Hijo por obra del Espíritu Santo. Nos ayude Ella, espejo de la Trinidad, a reforzar nuestra fe en el Misterio trinitario y a encarnarla con elecciones y actitudes de amor y de unidad.

                                Lo cierto fue, que fortalecidos por la palabra y presencia del Señor en dicha Eucaristía, fuimos testigos a la salida de la Iglesia de un incidente, -que sin perjuicio de una ulterior reflexión y análisis profundo- tergiversaba y echaba por tierra toda la misión salvadora y misericordiosa, en la practica, anunciada  tanto en las lecturas sagradas, como en la palabra recibida por iluminación del espíritu Santo, correspondiente a tan sagrada Festividad. Dos jóvenes, uno de ellos de color, se encontraban desde antes de empezar la misa, ocupando un banco de primera fila. Como quiera que los citados jóvenes (extanjeros) eran también desconocidos para la general feligresía, al terminar la misa  observando por  los habituales fieles, que se mantenían en sus respectivos sitios, una vez evacuado el templo por los asistentes; llamaron la atención, despertando la normal sospecha de los responsables del templo. Circunstancia por la cual, se hizo necesaria la presencia del Presbitero, a fin de tomar las medidas oportunas y recabar información sobre la postura de inmovilidad que mantenía los extraños jóvenes.  El sacerdote pudo comunicarse perfectamente con ellos, ya que el joven de color, hablaba en italiano, lengua comprensible dentro del magisterio que había desarrollado anteriormente el ministro de Dios. Por lo visto, los jóvenes pedían asilo y hospitalidad en la Iglesia. El Sacerdote, les hizo ver, que tal cosa era imposible y se ofreció a darles todo tipo de información, sobre otras instituciones de carácter municipal o social, habilitadas para esos propósitos. Ante la insistencia de los jóvenes, el presbítero, llegó incluso a preguntar al personal que nos hallábamos en las inmediaciones, si contábamos con alguna casa o habitaciones para acogerlos. Todos callamos, unos tragando saliva, otros agachando la cerviz (el miedo, la desconfianza frente a los que no conocemos, la duda, el perjuicio, razones tan bastante como humanas) y cambiando automáticamente de tema. … Ahí lo dejo, para su reflexión, intentándo ponerme en el lugar del Cura en función de la enorme responsabilidad de su magisterio, al frente de una parroquia, atendiendo a razones de seguridad, guardia , custodia y probables cuentas que demanden sus fieles. Ahí lo dejo, antes de juzgar a mi prójimo, pero evidentemente, afligido, porque parecía como el Señor me hablaba, pidiéndome ese más, que aún resonaba en mis adentros, fruto de las lecturas, palabras, exhortaciones del mismo Papa, Lo cierto es que en nuestra debilidad, en toda nuestra fragilidad, de nuevo lo volvemos a cargar todo en manos del Señor en su infinita misericordia...Oremos.
 

lunes, 16 de mayo de 2016

Como sufre la Virgen...





       


Que les voy a decir, que no hayan visto ya....desde su cómodo sofá -a Correotv, pongo por testigo- o desde cualquier punto de la abarrotada Aldea, en el Glorioso Lunes de Pentecostés Rociero. La Madre, esa Blanca Paloma, orgullo de la Fe de Andalucía, otro año más por los suelos, en constantes y repetidas caídas -sí caídas con duros impactos sobre la arena-, golpes tremendos en los que la Bendita Imagen, hacía temblar las estrellas de sus doce coronas, imperiales. ¡Como tiene que sufrir, la Madre, la Reina, la Virgen más vitoreada del mundo!. No lo digo yo...Almonteño...no lo digo yo, simplemente suscribo lo que veo: A mí que me importa si ese es vuestro Rocío; el heredado por vuestros padres, abuelos, antepasados ´los hombres del la Virgen- ¡que me importa que pongais toda la buena voluntad del mundo, un año entero para llevar a la Madre...tantas reuniones, tantos encuentros, como decis, para atender los consejos de vuestros mayores!. Lo que verdaderamente importa es lo obvio, el espelugnante golpe del blindado paso contra el suelo; ese aldabonazo que sentimos, cuando la Virgen se os cae a tierra por alarde de fuerza bruta; por defecto de Amor que raya en la esquizofrenia, en el delirio irreverente de la brusquedad a la que sin sentido, quereis anestesiar, con la cerrazón de vuestra inexcusable tradición. Ya sé, que esas son las leyes de vuestro pueblo y las escrituras de propiedad, que refrendan el Don del cielo recibido; ya conozco vuestra respuesta, que por vindicativa, se vuelve a estrellar en los últimos años contra el Paraiso de la Marisma;  Pero no hay que callar, ante el abuso o los alardes de visto poderío iluso, porque somos legión,  las voces que claman en silencio, con el corazón encogido, cada vez que la Virgen se hunde, dando de bruces contra vuestro mismo precipicio. Me parece muy bien, que lucheis contra esa presión que vosotros mismos habeis producido; me parece de escándalo que os aferreis a sus varales como aguerridos guerreros, en la batalla campal que vosotros mismos os habeis declarado. Es fantástico, para el personal que gusta del espectáculo, de la turbamulta, del miedo infundado que habeis fundado entre vosotros, será todo lo digno, devoto, humano, fervoroso, sentido, emotivo, sincero, único, inenarrable, asombroso, incomparable e impactante del mundo...la fe del Rocío en la más universal de las Romerías, no se cuestiona. Pero hasta las bestias, obedecen a la voz de los boyeros, para bajar los escalones del otro cielo de las presentaciones, Y la Virgen sufre...sufre, sí, porque recoge en su misericordiosa mirada, los gritos de dolor de todos los hijos que la ven caerse, más por vuestro exceso que por el propio peso de sus andas; la Virgen sufre y ya os avisó una vez. -Bendita sea- en su milagroso y resistente candelero, Gracias a Ella, siempre, Madre Prudente y Amorosa que sufre en silencio tanto golpe de pecho incapaz de mantenerla en vertical apenas cinco minutos desde su brillo de noche,  hasta las luces del Alba. Pero que les voy a decir yo, que ya no sepan, mejor dicho, que no vean, aunque no quieran verlo. Solo bastaría la genial idea de abrirle un círculo a los hombres que la portan, en vez de cerrarle el círculo a los que la quieren simplemente rozar. Pero se la respuesta; ¡ese es el Rocío...eso es lo que hay...ya sabe lo que tiene que hacer, el que no comparta esto!...ojo, suspirarán rocieros sexagenarios- ¡hubo un tiempo, en el que la Virgen, no cayó al suelo, con tanta insistencia, manteniendo a duras penas su verticalidad en los hombros de los Almonteños, aquellos que rechinaban sus dientes, masticando tallos de claveles...cuando aquel Rocío épico del millón en la Aldea. La Virgen puntualmente se posaba en las arenas, pero ¡donde va a parar!...nada que ver con estas dolorosas caídas, con estos golpes estrepitosos contra el suelo...¡nada que ver!  

miércoles, 20 de enero de 2016

"Madrugá" en la U.C.I.



La imagen de la “Madrugá” es el Silencio, la Santa Cruz en Jerusalem alzada para proteger los santos misterios de nuestra religión con el ejemplo de las cofradías maestras de nuestra Semana Santa. Y no el escándalo al que ha llevado una situación que requería compromiso, compostura, sacrificio y humildad. La imagen de la “Madrugá” es la zancada portentosa del Gran Poder; imponente, aplastante, rigurosa e inapelable. Y no la tibieza de espíritu; el choque frontal, la,oposición y la soberbia de presumirse perjudicado. La imagen de la “Madrugá” es sin duda, la Esperanza, el intercambio de ideas y propuestas que faciliten el entendimiento y hagan posible, levantar al Cristo tres veces caído, por los propios intereses, sirviéndonos de Cirineo para alcanzar la cima de un consenso que exige la entrega máxima y la tolerancia cero.
No hace falta acudir al recurso fácil del ser hombres de iglesia, cualidad de la que se debía presumir y sobre todo dar testimonio, como cristianos. Pero aparentemente, los hermanos mayores de la “Madrugá” -independientemente las razones que han esgrimido, pensando en los intereses y el bien de sus respectivas corporaciones- han emborronado la feliz convivencia y armonía fraternal que requiere la jornada más universal de nuestra Semana Santa. No habrá sido por falta de diálogo; por falta de reuniones; por presentación de planes alternativos, por magistral trabajo, en el buen oficio de Diputados Mayores de Gobierno, que sin duda se habrán exprimido los sesos, por ajustar horarios e itinerarios...pero ya puedan hablar el lenguaje de los ángeles, si no hay caridad y amor; si no se trabaja para sí, pero en beneficio de los demás, todo queda en la casa sin barrer. La imagen que se ha ofrecido de la “Madrugá” ha quedado dañada, perjudicada en su esencia, en su doctrina a merced del escándalo y presa del escarnio mediático, que sirve de carnaza a los carroñeros que aguardan frotándose los picos, para arremeter contra un ambiente social y político bastante contaminado. Si los cofrades y cristianos, no estamos por la labor a que nos exhorta el papa Francisco, sobre todo en este año jubilar de la Misericordia: “por Tu Dolorosa Pasión; misericordia Señor...” Si los Hermanos Mayores, con sus juntas de Gobierno apiñadas, no se ofrecen -incondicionalmente- a proclamar las grandezas del Señor, sea cual fuere el tenor de su sacrificio; aunque sean las que siempre continúan siendo las más sacrificadas -sin nombrar las que todos sabemos- con la humildad, con la infinita humildad de crear en las demás corporaciones dependencia, siempre de las más perjudicadas, para así, testimoniar la grandeza que se puede alcanzar con la humildad: “que más puedo hacer por vosotros”. Da igual que tuviera que alargar mi itinerario, si el rodeo beneficia a mis hermanos, ¡bendito sea!. Da igual que permutara mi sitio -siete veces- hasta setenta veces siete, si con la permuta beneficio a mis hermanos, ¡bendito sea el Señor! Da igual si mi recorrido y horario, resulta vertiginoso...por un año -ad experimentum- merece la pena probar el ejercicio de caridad, por el bien de todos. Y si resulta imposible, la intención, la buena intención y el sacrificio es lo que basta. Pero si se logran los beneficios perseguidos y se consigue la gracia del acierto, por el sacrificio desinteresado de cualquier hermandad que se preste, habremos dado el testimonio que todo el mundo espera de las Cofradías sevillanas., que no es otro que la Misericordia en este año jubilar, que está pidiendo a gritos, desagraviar la imagen que estamos dando de la “Madrugá” única y en comunión: la noche más hermosa.



miércoles, 23 de diciembre de 2015

NAVIDAD VIRTUAL

Al parecer, seguimos viviendo de espaldas a la realidad, no solamente ya es que no creamos en ella (lo que vemos a nuestro alrededor), es que no la aceptamos. Y por eso alguno seguimos utilizando las gafas herméticas, que nos adentran en esa otra realidad virtual que hemos construido, para huir de la autentica y verdadera. Estos días de la Navidad, aunque sean impuestos por compromisos familiares ineludibles; nos permitirán desenchufarnos de la máquina que nos domina, aunque sea por algunos momentos. Al quitarnos las gafas multi-dimensionales, más allá del horario acostumbrado, veremos las cosas con la visión olvidada de la sencillez, de la simplicidad, de lo cotidiano. Puntos de vistas elementales, que cuando los observamos con detenimiento, nos parecen hijos del dios menor fruto de nuestro vicio pagano. El problema es que no creemos en casi nada, y menos en lo que no nos gusta, es decir, nuestros deberes y obligaciones, como padres, madres, hijos, hermanos, etc. Hemos olvidado, el sacrificio que hacen por nosotros los demás, los más próximos. Achacamos al tiempo, sin atender que el tiempo es cuestión metafísica, el tiempo que no estamos dispuestos a perder con los nuestros, el tiempo importantísimo, al que restamos la importancia de comer juntos, para no perder la sana costumbre de dedicarnos ese tiempo esencial que cada uno necesita respectivamente. Porque entendemos que no tenemos ese tiempo, para conocernos mejor, y lo que estamos haciendo es perder ese precioso tiempo, distrayendo nuestra mente y nuestros sentidos, en el juego infausto de una máquina que nos proporciona la evasión de todos nuestros deberes y obligaciones. Llegamos a confundir, esos deberes con los problemas cotidianos y en ese sentido, a mezclarlo todo. Si tu pareja te llama al zafarrancho de compartir tareas, tu muestras la peor cara. El ego de que estás seguro que tu trabajo es superior al de ella, técnicamente, a pesar de estar menos remunerado, incluso dependiendo económicamente de tu pareja, crees que el proyecto que llevas entre manos, es una auténtica pasada, que tarde o temprano te llevará a alcanzar las mieles del triunfo y la gloria, pero en realidad, el único triunfo y gloria que te depara,es una más que probable adicción a un juego, tan peligroso y traicionero ,como las máquinas tragaperras. Es cierto que cuando una persona cree en sí mismo y su proyecto, no habrá nada ni nadie que lo frene; pero las ideas, cuando son exclusivas y fuera de serie, tienen su tiempo, su ciclo vital y cuando estos ciclos de desarrollo y perfección, se prolongan demasiado en el tiempo, alguien debe tener la suficiente conciencia de aparcar el sueño, sin descuidarlo, y pasar a dedicar el exclusivo tiempo que se merece la familia. No aceptar esa realidad, se quiera o no, evidentemente más nítida que la virtual, es huir hacia el terreno de nadie donde vamos edificando una sociedad con bastantes problemas de comunicación, esta es la paradoja, en un mundo cada vez más informado e instantáneo, el hombre se relaciona con sus semejantes a través de la máquina. Esta especie de ostracismo personal, fruto de las últimas tecnologías está creando una deshumanización, más pendiente de la pantalla, el mensaje, la actualización, el diseño, el programa, la tutoría digital, y el entretenimiento en horario laboral, que de lo que te parece desfasado y de segundo orden. No todos los niños son Einstein, o Bill Gate, no toda la educación, se reduce a la pantalla digital, que está convirtiendo la realidad en virtual y apartándonos -cada vez más- del conocimiento de la lógica y la razón, de la memoria, el entendimiento y la voluntad. No todo se nos puede dar hecho, porque no sabremos hacer nada sin cargar la batería del móvil y encender el portátil o la consola. Nuestros menores no se alimentan sólo, no deben nutrirse de la falacia en bolsa de chuchería o el adulterado snack, nuestros menores, necesitan a sus padres, ejerciendo de padres; en forma, no sentados siempre ante la pantalla de tablet; padres consagrados que saben separar el trigo de la cáscara. Las alarmas están puestas, las sirenas suenan cada vez con mayor contundencia; primero fue el paulatino fracaso escolar al cual no dimos mayor importancia, porque creemos saber más que nuestros educadores y donde se va a comparar el desarrollo mental, a velocidad de la luz y el nivel competitivo que proporciona la maquinita al niño. Creer saber más que nadie, aunque sea en lo nuestro, es uno de los errores más garrafales, porque siempre habrá alguien que está por encima, si no Dios, será la ciencia, sinó la ciencia, será la realidad, que por dura que parezca, siempre será más segura, nítida y convincente, que esa otra realidad virtual y apasionante quimera, que no deja de ser en realidad, un engaño para lucrarse los mismos que controlan los vicios que nos dominan. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

¡¡POR FIN ES VIERNES!!




Lo celebran los oficinistas; los funcionarios; los colegios públicos; los institutos; los profesores y catedráticos, los estudiantes...¿alguien más, por ahí?...ah sí, vendedores, viajantes, representantes, los pensionistas, los jubilados...los que cada tres o cuatro semanas, cogen el finde...y por supuesto: ¡los parados de larga duración!
Cuando se celebra ese ¡¡por fín es viernes!, reservado para los oficinistas del maletín, que salen en las viñetas del TBO, es obvio que no se piensa en el personal de hostelería, los restauradores, camareros, pinches, cocineros, personal de limpieza y empleados de servicio, que hacen del “fin de semana” la jornada más agotadora e intensa de trabajo. Los Puestos de trabajo que ofrece, la “España de los 4 grandes”, además de estar en su mayoría amparados por contratos “basura” desde una hora de duración, hasta las más “rockambolescas” fórmulas asistidas por la legislación para favorecer a los empresarios, tienen un denominador común; la jornada laboral centrada en los “fines de semana”, para dar servicio a la gran demanda de propuestas de ocio que ofrecen las grandes ciudades durante las fiestas que antiguamente llamaban de guardar, incluido ese “sábado-sabadete”- que tanto esfuerzo y luchas obreras, costó en España, incorporar, o mejor dicho, reducir de la jornada de trabajo, en los reivindicativos años´70. La juventud de nuestro tiempo, inventora de la “botellona” y la marcha, de los coches discotecas y las grandes concentraciones en los jardines de las delicias y otras zonas difíciles de cruzar; esa juventud que estudia y trabaja, pero que también ni estudia ni trabaja y depende del poco más de los 10 o 20€ semanales que repescan de sus padres y abuelos, la misma juventud que representa el 60% de paro en España y lo que te rondaré “morena” que no figura en las listas del paro, por ni siquiera estar inscritos, se tiene que conformar, si desea establecer un proyecto de “futuro”, basado en la independencia de sus padres o en la suya propia, se tiene que conformar -como escribo- en recurrir a esos puestos de trabajo precario, que ofrecen las franquicias de los “burger; pizas; fritangas; cervecerías del cubo; papelones; y cafés de los vireyes” con el plus adicional de privarlos de esos días de la concentración generacional por excelencia: sábados, domingos y festivos, en el que se convertirán -detrás de un mostrador- no solo en la envidia de los que están en la cola del paro, sino más bien en la risión e ironía, del resto de sus colegas que disfrutan de mejores circunstancia, al mismo tiempo que rechinan los dientes de rabia e indignación. Todo indica, que no estamos en condiciones de protestar o quejarnos, habida cuenta que el principal problema de esta España de los 4 ¿?, radica en el desempleo, y la mayoría celebra el acceder a un puesto de trabajo, como una verdadera cuestión de necesidad. Pero no es justo, porque en la realidad, todos sabemos, que se está castigando esta necesidad, con contratos abusivos, amparados por la ley del ancho del embudo; que se está obligando a trabajar el doble de la jornada establecida con esos contratos a la carta; que se está pagando menos de lo justo y establecido, con el agravante de ingresar el salario cada 40 o 45 días trabajados y que por consiguiente, no se está compensando debidamente el descanso semanal a que tiene derecho un trabajador, si se tiene en cuenta que un sábado, domingo o fiesta de guardar, es comparable con cualquier día del resto de la semana. A todo esto, moral y psicológicamente, la injusticia social, supera los medios y en el ánimo general, nadie se atreve a pensar, el agobio mental de un JOVEN, condenado por las circunstancias a trabajar, cuando todo el mundo se divierte, pasea y disfruta del ambiente espectacular y festivo, de estas fiestas Navideñas...pero...para algunos, -muchos privilegiados- aunque no tengan culpa: ¡¡¡POR FÍN ES VIERNES!!!

lunes, 30 de noviembre de 2015

La violencia, NO tiene género

Afortunadamente, la mujer de nuestro tiempo, no es esa sufrida madre, que educa a sus hijos en la fábrica doméstica que produce el “machismo”, la atmósfera de igualdad que respira la mujer de nuestro tiempo, la sitúa en un alto grado de inteligencia, conocimiento y voluntad, que trasciende a convencionalismo, comparaciones y tópicos...pero, no es menos cierto, que la lucha contra el “machismo” de la mujer de hoy, vuelve a chocar con esa atracción fatal de la imagen exterior, que rinde culto desenfrenado al cuerpo y hace de la cosmética, un arma de seducción masiva, en un mundo competitivo que presume de liberal en cuanto a la importantísima apariencia que se le concede al sexo.
Aunque parezca apología de “machismo”, hay una cierta evidencia entre el amor desmedido hacia un hijo, con respecto de una madre, -que por exceso o por defecto de cariño-, está fraguando en la personalidad de un hijo, ese arma arrojadiza que se podría volver en un futuro contra ella. He oído afirmar por algún medio, en palabras de la misma Presidenta de Andalucía, que la mujer por el hecho de ser mujer, es objeto de violencia de género, también puede ser no menos cierto, que el hombre, por el mero hecho de ser hombre -el macho- dominante, también puede ser el autor de esa violencia, de hecho, se presenta como el culpable en la mayoría de los casos criminales. Sin que ninguna de las anteriores consideraciones, se ajusten por sí solas a la razón, ni respondan a la verdad.
Todos los hombres criados como príncipes, no son “machistas”; así como todas las mujeres “educadas” como princesas, no son objeto de la violencia de género. Ya hay pocas mujeres resignadas al maltrato continuado y muy pocos hombres ejerciendo en la práctica como verdugos de la violencia de género (aunque haberlas y haberlos, hail@).
El porcentaje que existe, se reduce a unos mínimos enfermos, salvajes, terroristas, sentenciados al exterminio, que aprovechando el síndrome de Estocolmo que padecen sus respectivas parejas, por temor a represalias contra los más pequeños y otras cuestiones psicológicas, como el miedo,la dependencia y el bloqueo mental, llegan hasta el final de estas terribles historias de irreparables consecuencias.
Lo que ocurre es lo de siempre, que una manzana podrida, contagia a todo un cesto; que las ratas acorraladas son tan repugnantes como peligrosas y que la violencia aislada en comandos y viviendo en pisos francos, mientras no causen sospecha o llamen mucho la atención, pueden hacer volar por los aires, el día menos pensado, la estructura y el ordenamiento pacífico de todo una sociedad libre y democrática, cada vez que salta a la luz pública un nuevo caso de violencia de género.
La familia por regla general, ha dotado a la mujer de una sólida base en cuanto a cultura e inteligencia se refiere. La mujer que no ha tenido la oportunidad de estudiar en una facultad, se ha encargado, por méritos propios de labrarse su provenir a través del mundo laboral y cada vez se ha hecho más libre e independiente, se ha blindado de información y cuenta con las suficientes armas de prevención e inteligencia, como para no caer en la red de intimidación, persecución e instinto dominante que le puede tender su pareja, y si por cuestiones sentimentales, de pasión, amor y fiel entrega, llegara a caer, cuenta a su alrededor con los medios humanos y materiales suficientes, para salir airosa de dicha emboscada, siempre que mentalmente mantenga capacidad suficiente para discernir entre lo que es voluntario consentimiento y forzado abuso.
El principal peligro que corre el hombre, en este sentido comparativo, es que los nuevos tiempos de igualdad de oportunidades, le han hecho caer de la peana donde estaba anclado como icono del sexo fuerte, dominante, trabajador que lleva el sueldo y casa y cabeza de familia venerable. La otra gran mujer de su vida -su madre bendita y admirable- lo observa desde la decadencia de su vejez y no le cuadra aquello de lo paritario; el reparto de tarea, la imagen del hombre implicado, que cambia pañales, pone lavadoras, tiende, plancha y comparte al 50% las obligaciones y deberes domésticos. Todavía, la antigua mujer, en su vieja fábrica de “machistas”, contempla estupefacta, la caía del hombre moderno, desde su sillón de orejas, hasta las labores que tradicionalmente, correspondían a la mujer de su casa. Este perfil ha evolucionado; el hombre ha perdido su trabajo, su dignidad como persona y en algunos casos, muchos casos, no ha recobrado esa otra dignidad de servir en casa a partes iguales, desarrollando el trabajo ingrato de las tareas domésticas; no se ha resignado a ello, como la mujer, tampoco se ha resignado ser la esclava, que además de llevar el sueldo a la casa, se encontraba con el hombre abatido, pesimista y distante, en nada dispuesto a perder su etiqueta de cabeza de familia.
Todos estos ejemplos y nuevas situaciones, han ido mermando la estabilidad de las parejas que no estaban suficientemente cimentadas y han servido de caldo de cultivo, para influir negativamente en las parejas acostumbradas a capear todo tipo de adversidades. La mujer, como era lógico, se ha revelado, ha dicho basta -somos legión- de feminismo y el hombre con sus defectos de fábrica, ha contraatacado haciendo valer su fuerza y violencia de género.
Naturalmente, en la realidad, la mayoría de los hombres y mujeres que forman pareja, saben que ambos son igualmente necesarios; saben que sin respeto no hay amor que valga; están suficientemente mentalizados y preparados, desde el primer momento, desde el minuto uno, que el que te quiere bien, no te hará llorar; que el que te quiere bien, no levantará su mano sobre tí; no señalará tu cuerpo; no vivirá para ello, puesto que no hay perdón ni suficiente lástima, por mucho que medie la indefensa presencia de los hijos:
Mujer, pide ayuda desde el minuto uno, ¡grita y abre de par en par las ventanas, para que te oigan! No consientas al maltratador, aunque lo quieras con esa locura, que puede ser causa de tu muerte. Imagínate, si lo quisiste tanto, como puedes llegar a querer a alguien, que te respete, ame y te devuelva al sitio que te merece.
Un apunte final, antes de sembrar el odio infundado, que puede salpicar a todos los hombres en general, tachándolos de “machismo”, sepan las “feministas”, que existen muchos hombres, víctimas de la misma o más grave violencia de género, y que por miedo, temor al ridículo o vergüenza generacional, no se atreven a denunciar. Es una violencia sorda, que sin llegar o incluso llegando a lesionar la integridad física, atenta contra la autoestima y dignidad del hombre. Está fundada en la mujer que se crece por el éxito de su trabajo, la sensualidad y el físico atractivo de su imagen, que no tiene recelo en contraatacar, haciendo valer el lugar privilegiado que ocupa en orden a su profesión y marcada independencia económica, y arremete contra su pareja -en este caso el hombre- acusándolo de vago, inseguro, incompetente, inepto, inútil, etc.,etc, haciendo leña de ese otro árbol injustamente caído por la mansedunbre, en una sociedad , pesimista, acomodada y claramente sumida en la decadencia.
Luchemos, codo con codo, porque la víctima, cualquiera que sea el sexo, no acabe actuando en un futuro, como maltratador.

domingo, 15 de noviembre de 2015

¿Que puede prometer el Paraíso?

Ninguna tierra prometida, debe provocar esta emoción; ¿Que estado de inconsciencia o delirio, puede empujar a un hombre  asesinar a sangre fría en el nombre de Dios? ¡que cinturón de odio o fanatismos es capaz de ceñir la cintura de un alma, para inmolarse matando a sus semejantes!. ¡que plato frío, es capaz de servir semejante venganza! ¡Que contrariado amor, puede morir matando! ¡Que amarga historia, puede sembrar tanto daño! ¡Hasta que punto puede endurecerse el corazón, para perder la noción de sus latidos! ¿Cuantas lágrimas hacen falta para anegar este pantano de putrefacción? ¡Cuantos inocentes  habrán de entregar su vida, para que otros dejen de sentirse culpables! La historia de la civilización, ha engendrado células de esclavitud; la esclavitud, ha engendrado células de odio; el odio ha engendrado células de barbarie; la barbarie ha engendrado la masacre; la masacre ha sembrado el miedo; el miedo ha generado en terror y así sucesivamente desde la noche de los tiempos, de las propias cenizas de esta destrucción del hombre por el hombre, ha surgido el ave fénix de la libertad. La libertad, madre de todos los derechos y obligaciones, le ha costado al hombre, sangre, sudor y lágrimas, el precio ha sido tan alto, como la miseria provocada por su afán de poder y control. La doctrina siempre es idéntica, un Jefe, un caudillo, un líder que al alcanzar el crédito, la confianza depositada y los votos necesarios, productos de un engranaje de propaganda espectacular basada en el más romántico sensacionalismo que, deslumbra a las masas y las hace ligeramente moldeables, desde el torno donde se cuece el famélico holocausto. La retórica de los históricos dictadores, nunca se la llevó el viento, al contrario, provocaron las peores tormentas, los más voraces tsunamis,  las más horrendas consecuencias. Repite la sagrada cita, como una profecía: Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla. Pero el hombre por el hombre, no ha cesado a lo largo de la historia de repetir el curso que nunca aprobó. No hay distancia bastante para separarnos a los unos de los otros. Los ricos y poderosos, creen que la burbuja del dinero y el poner los aísla de la realidad, esa realidad tan sencilla, como el reparto equitativo de los productos, la energía, la abundancia y los frutos que genera, la tierra que pisamos bajo el mismo cielo.Pero esa realidad tan sencilla, se camufla en la práctica, se disfraza en el tiempo, estableciendo barreras; la tierra se linda, se divide en parcelas, se adjudica al mayor postor. El hombre se hace propietario, por la fuerza y a  fuerza de su ambición. El propietario puede ser inteligente y hacer justicia de su inteligencia, permitiendo a sus semejantes, compartir los frutos de su riqueza, pero esta inteligencia genera intereses, a cambio del trabajo: Ganarás el pan con el sudor de tu frente. Mientras hay trabajo, no falta pan; mientras hay pan, no falta casa, el hogar hace la comunidad, la comunidad vela por la educación de nuestros hijos; los hijos ven felices a sus padres y atienden a sus enseñanzas y ejemplos...hasta que las condiciones de vida se recrudecen, producto de la ambición de los propietarios o por causas fortuitas o ajenas, como una pertinaz sequía o el advenimiento de cualquier siniestro imprevisto. Vuelve el miedo que habita en las entrañas del hombre, ante lo imprevisto, se encomienda al Dios de los elementos, la religión ha sido el recurso que ha tenido más a mano, la ceremonia, el rito, la liturgia y la invocación a las fuerzas implacables de la naturaleza, a los fenómenos que no explica, ningún tipo de ciencia y ahí es donde empezado a creer ciegamente, en el miedo, la condena, la fortuna e incluso la suerte. Con la fuerza de una fe que mueve montañas, luchamos ciegamente contra los que consideramos nuestros enemigos, contra los que señalamos culpables de nuestros infortunios. Volvemos a incivilizarnos, a la arenga de héroes o villanos, inventamos las armas de destrucción, pulimos los filos de la navaja y conquistamos la tierra que alguien nos prometió, después de habérsela arrebatado por la fuerza a sus propios dueños. Bien, esta es la asignatura de historia, que nunca hemos aprobado, el curso de la vida que repetimos constantemente, cada ciclo de 50 años, más o menos. Desestimando el santo evangelio de los profetas que predicaron un reino de vida, de justicia, de paz y de amor. ¿Es posible anunciar este reino utópico en nuestros días?...sí, pero empezando de cero; desde la cuna mecida por el amor que los padres llevamos dentro, para nuestros hijos. Desde las escuelas que no atienden a doctrinas ni sectarismos radicales. Desde la reconciliación, purificada por el perdón y dispuesta para el olvido. Empezar de cero, deponiendo las armas -malditas armas de destrucción, escondidas bajo el negocio que más fuentes de ingreso genera en el mundo- mientras un hombre empuñe un arma, toda la clase política y las políticas de toda clase, habrán fracasado. Mientras que los jefes de gobierno declaren la guerra, por más nobles y justos que sean sus motivos de defensa social y económica, habremos fracasado. Porque igual que se recurre a la frase tópica de "que la mejor defensa es el ataque"; la guerra nunca consigue la Paz gratuitamente, sino a un alto precio; revive el odio, aviva el miedo y de sus cenizas, resurge el Terror de los que claman venganza y están dispuestos a tomarla por cualquier mano que les ofrezca el Paraíso. Ningún paraíso se alcanza por medio de una guerra santa. Ya lo dijo el poeta: "Asesinar en el nombre de Dios, es llamar a Dios asesino". Se que hay que estar muy desesperado; que la vida es tremenda en la tierra prometida; que es dificil olvidar, cuando nuestros padres y antepasados han sido masacrados delante de nuestros propios ojos ¿o acaso no puedo llegar ni a imaginármelo?...pero los ojos de todos los hombres, son iguales en la pena, cuando están llenos de lágrimas, como están los de todos los hombres limpios de corazón; files o infieles de todas las condiciones y razas, cuando lloramos la barbarie de los que han caídos víctimas del terror. Que nuestros hijos no sean testigos ni un segundo más de esta lucha infructuosa, porque no hay Paraíso digno, para provocar este tipo de emoción. 


miércoles, 11 de noviembre de 2015

#Montando La MISERICORDIA



Era una palabra olvidada, borrada de la pizarra, de las clases de la antigua historia sagrada. Te sonaba a catequesis de primera comunión. Vagamente la recuerdas, haciendo un esfuerzo mental: La Misericordia, -si-, se que tiene que ver con las Bienaventuranzas, con aquello de los Misericordiosos. Tiene que estar relacionada estrechamente con la “miseria”, con la práctica del bien hacia los más menesterosos. Pero no se lleva, esa palabra tan larga, está olvidada en alguno de nuestros muchos bolsillos con la calderilla de una simple limosna. Tal vez la leíste impresa, en alguna de las jaculatorias que llevamos en la cartera, tal vez -si somos cofrades-, nos recuerda al Cristo titular de nuestra cofradía. La Iglesia está presta a proclamar e inaugurar, el año, consagrado a esta Palabra, a esta definición propia, que establece el deber de auxiliar al prójimo o hermano más necesitado; para los cristianos practicantes, supondría algo más que un deber: una OBLIGACION. La Iglesia que tanto y tan bién habla de sus pobres, parece no convencer con su  ejemplo, repetirá hasta la saciedad, esta palabra mayor que ya se viene anunciando como el tiempo de adviento. MISERICORDIA. Entre las polvorientas obras de Misericordia, se encuentra el -enseñar al que no sabe- los sacerdotes y pastores, se aferran a la primera obra espiritual y continúan imprimiendo carácter con la segunda -Dar buen consejo al que lo necesita- y siguen evangelizando con las siguientes: -Corregir al que está en un error; -perdonar las injurias-; -consolar al triste-; -soportar con paciencia los defectos del prójimo-; Rogando finalmente por los vivos y difuntos. La comunión de los santos -la oración comunitaria de Conventos, Monasterios y Prioratos, desde sus clausuras- se une a estas obras espirituales, en el convencimiento de sus nobles intenciones: fortalecer las almas de las miserias humanas y llenar de paz los corazones necesitados. Pero en nuestro mundo globalizado, tal y como ha ocurrido a lo largo de las intrigas palaciegas y las ruinas entre las que se ha desarrollado la cultura de los pueblos a lo largo de la historia- no basta con la oración y el predicado, continúa siendo necesario la conjugación del verbo AMAR, en su gerundio AMANDO, practicando las obras de Misericordia o llevándolas a la práctica, como siempre han hecho, los píos homes de todas las confesiones y los santos en particular. En pleno siglo XXI, no podemos conformarnos con la MISERICORDIA de funciones principales, predicada en sagradas cátedras, bajo el nimbo del incienso y la solemnidad apostólica. La Misericordia, ha de salir a la calle en procesión extraordinaria, practicando durante su recorrido corporativo, las obras humanitarias, que siguiendo el precepto divino, ejecutamos en la intimidad de una caridad mal entendida, que no quiere que la mano derecha se entere de lo que hace la izquierda. Habremos fracasado, mientras la labor denodada e ímproba de Cáritas diocesana, continúe emitiendo tan lamentables informes sobre la pobreza, sobre la nueva exclusión social que padecen los niños malnutridos, producto de los importados brotes de pobreza energética y pobreza laboral y pérdida de la vivienda familiar, como consecuencia de una crisis globalizada, que ha hecho del trabajo un lujo para algunos y un vergonzante gueto de precariedad para el resto de víctimas que hay que lamentar cada día que pasa. Habremos fracasado si en el inminente año que se aproxima, la Misericordia, sea esa necesidad incardinada, que cada quien y cada cual practica, por su lado. El Santo Padre, Francisco que tiene en su boca, palabra de ángeles, ha de coordinar, admitir y reconocer en su justa medida, la labor de TODOS los llamados y comprometidos con los Servicios Sociales, sea cual fuere el color, la confesión, la clase o condición de los distintos grupos y plataformas que la practiquen. Desde la consagrada Cruz Roja, hasta la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, TODOS somos padres e hijos de esta noble causa. La Misericordia no ha color, como el llanto y la hambruna de un niño, no se para ni entretiene en el restañar de platillos, la denuncia, la recogida de firma, el llamamiento de médicos sin fronteras y toda clase de ONGs, que claman, ayuda humanitaria, a través del fenómeno global de las redes sociales. Gracias a la Providencia, la comunicación es inmediata, directa, desbordante. No podemos apartar la vista ni escondernos en el sectarismo y la impunidad, rayana en el fanatismo. La clave está escrita en la carta de San Pablo a los corintios, sí para el que no la recuerde, aquella que se lee en la ceremonia del matrimonio. La clave está en el ejemplo que practican las entidades sin ánimo de lucro, no ha color político ni religioso posible, la clave está en la acción: Dar de comer al hambriento; Dar de beber al sediento -sobre la marcha, de manera inmediata, salir a buscarlos, están en la calle y casa, de los que no se atreven a acercarse a los comedores- la pobreza vergonzante y deprimida, que padece la incomprendida enfermedad mental. Dar posada al peregrino y sobre todo, vivienda a los sin techo -sobre la marcha, de manera inmediata, está probado que un hogar les devuelve la dignidad- ahí están los “sanjuanes de dios”, víctimas y coordinadores de las plataformas de afectados por la hipoteca, que devuelven a sus acogidos, la ilusión y la esperanza de que ¡si se puede!, cambiando lágrimas de amargura, por risas de comprensión y solidaridad -bendita Misericordia- la del pecador Miguel de Mañara y tantos otros- que trasciende todas las creencias y confirma, al mismo tiempo las palabras del mismo Jesucristo: “todos los que practican lo que nosotros hacemos, están con nosotros y no en contra nuestra”. Habremos fracasado -en el año internacional de la Misericordia- por más que asistamos a sus cursos y actividades culturales y cultuales, sus mesas redondas, sus ponencias y cátedras, sus exposiciones y logros, si pasamos de largo, frente al hermano que ha tocado el fondo de un cartón y duerme en la calle, habiendo órdenes hospitalarias, recintos municipales e incluso palacios vacíos. Habremos fracasado -sobre todo- si somos incapaces de PERDONAR al que nos ha ofendido- antes de presentar nuestras ofrendas en un altar. Habremos fracasado, si no respetamos la decisión de los atormentados que rechazan techo, alimento y vestiduras dignas, y no le ofrecemos siquiera una taza de café o caldo caliente. Desgraciadamente la pobreza se ha convertido en un próspero negocio, que pone de manifiesto las miserias humanas. Podría erradicarse por completo, con la quimera de una renta per cápita, equilibrada por las grandes fortunas mundiales, si se pusieran de acuerdo. Podemos soñar lo imposible, los hombres y mujeres de fe, estamos en ello, haciendo lo posible, aquello que está en nuestras manos: El mejor banco que ha creado el hombre, el Banco de Alimentos; voluntarios no faltan, todo el mundo reacciona frente al dolor, cuando ha sentido en sus carnes el mismo dolor que no le es ajeno. #MontemosMisericordia, de una vez, aunque sepamos que no será de una vez por todas, se basa sencillamente en proporcionar a nuestros hermanos necesitados las tres cosas fundamentales que está obligado a promover cualquier gobierno civilizado que se precie, sea cual fuere su tendencia, color o credo: Trabajo, techo y educación.
Todo lo demás prosperará cumpliendo con estas sagradas premisas. En el Año de la Misericordia podría ser posible, lo imposible sería no intentarlo siquiera. 

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