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lunes, 15 de agosto de 2016

La radio de la Virgen

     
http://www.radiomaria.es/Default.aspx

Enganchados a RADIO MARIA , quien lo dijera: Uno que pensaba, que esto eran cosas de beatas pías (a Dios rogando y con el mazo dando) -que también- Pero no, por lo visto y escuchado, no es así,  ni nada hay más contrario a la realidad. Porque RADIO MARIA, la Radio de la Virgen, nos tiene enganchados, por otros y muy distintos derroteros. Hoy día, si hay una Radio que va contracorriente, esa es la Radio de la Virgen. Ya su simple nombre y dedicatoria, supone un desafío: ¡Radio María: la radio de la Virgen!; María la Virgen, acepción que ya resulta contracorriente en una sociedad que se rinde ante el individualismo. Una emisora cuyo principal lema, es el encuentro con DIOS y la Virgen Santísima, ya rechina...ya establece rechazo, ya suscita desconfianza, en un mundo que adolece de acusado sincretismo. ¿Una radio que reza?...sí que reza de católica y apostólica, de romana y ecuménica, de cristiana en todo su esplendor y además, reza el santo rosario, dos veces al dia y emite la eucaristía a diario, eso causa -si no, controversia- bastante desazón. Sobre todo en las corrientes neoliberales o de acusado carácter aconfesional. La Radio de la Virgen, no tiene "esponsores" publicitarios; solo anuncia la Palabra de Dios solo pide la ayuda de sus fieles, la donación de los esperanzados; la limosna de los creyentes, para no ser devorada por los tiburones que se reparten el pastel reservado a las grandes multinacionales que manejan los hilos de los medios de comunicación convencionales. A todos los escépticos, a los amigos del "por favor, yo no gracias" le invito a que a que sintonicen el dial: 96.2 de FM , escúchenla de fondo, como el que oye llover...no prejuzguen, sonrían irónicamente...la luz, que tiene una velocidad de 3600 km/seg., quizás tarde un poco más en encenderse, pero es la luz que ilumina: "una luz en tu vida". Les irá sonando, aquella oración maternal, que ahora, al escucharla, intentan recomponer. Prestarán su atención, aunque parezca que no están atentos- Les suena la palabra Padre, madre, eterno, Hijo, hermano, amigo, nuestro, cielo, tierra, santo, ley, sagradas escrituras, antiguo testamento, salve, credo, evangelio, angelus, -misericordia que se repite constantemente-, perdón y ese indefinible vocablo que todo el mundo repite a su albedrío: AMOR. Suavemente, sin estridencias, con el idioma universal de fondo, la música, les irá sonando. El encuentro, la acogida, no tardarán, porque ustedes, como yo, están buscando esa pincelada de expresión que les conforte. De momento, empezarán ordenando, esa habitación amontonada de trastos inútiles, que guardan en el desván del alma. Buscan algo, algo más -no lo saben- pero lo que sea, ya han comenzado a encontrarlo; porque el que busca, haya. El que llama, se le abre; el que pide, se le da. Hay "un Dios de cada día"; un ser necesario que trasciende, que sale de tu boca, mecánicamente, invocado por costumbre y tradición al encontrarte en alguna necesidad, tentación o peligro. Ese ¡Dios mío! ¡Madre del Amor hermoso!, exclamación o llamada de socorro para los casos de extrema urgencia. Dime si no es verdad, que tienes a Dios presente, tomando su nombre en vano, para imponer tu razón o perder la razón, por medio de la blasfemia. Sabes que el mundo no marcha bien, que en el camino del consumo, el progreso y el bienestar, hemos dejado atrás valores que no tienen precio, para ir amasando productos materiales que promueven un culto al cuerpo, una competición vertiginosa por cuidar la imagen, el ego, las apariencias, el aspecto exterior. Compramos con dinero una felicidad efímera, expuesta en los escaparates a cualquier precio, aunque para ello tengamos que prostituirnos o perder los escrúpulos. No eres feo, eres pobre -así vende el príncipe del mundo, en su fábrica de humo. No necesitas otro Dios, que tu mismo, otra fe, que la confianza en ti mismo; otros sacramentos que no sean los que satisfagan plenamente tu cuerpo, a través del deseo, el placer y la concupiscencia. Para todo lo demás, "master card". Es hora de que te presente, sin compromiso, la Radio de la Virgen, porque estás cansado, agobiado, desesperanzado de esta farsa materialista que conduce al vacío, cuando te desmaquillas por las noches. Hora de que te invite, sin obligación alguna a escuchar las pinceladas de la Hermana Carmen, todo un dechado de catequesis adulta, ilustrada, sabia al mismo tiempo que sencilla, magistral en sus profundos argumentos, filosóficos y teológicos, bajo el prisma siempre de la nueva evangelización. Mirad que el efecto que produce el respeto a la libertad de opinión, nos fundamenta en la Fe, nos hace confiar en que hay esperanza, siempre la esperanza por la que somos salvos, según el apóstol San Pablo. Hay una voz, que es un grito de esperanza, delante del  micrófono. Esa voz no tiene más edad que la de hoy día, es una voz, cualificada, experta, consagrada, dispuesta a servirte de ayuda: ante la "vida como es", responde el don del consejo, para ayudar a las  parejas en su relación de convivencia. Cuando el matrimonio tiene fecha de caducidad, como sacramento para toda la vida, hay una voz, que clama en el desierto, para articular las claves del proceso de formación para el amor, el verdadero amor que Dios ha unido, para que no lo separe el hombre. Al otro lado del micrófono, en cada casa donde se halle una persona sola, angustiada, deprimida, enferma, prisionera del pasado tenebroso, llegará el aliento que nos une a todos en un mismo fín: levantarnos, animarnos, caminar juntos. Así se establece la relación amorosa, que perteneciendo a un mismo Dios, no conoce más credo que amar, para ser amado. Esto lo cumple a rajatabla, la radio de la Virgen; en su amplia parrilla de programas -día, noche y madrugada- llegará el mensaje directo al corazón; la reflexión aleatoria que hará diana en el diverso estado de ánimo que atravieses. La voz de los sin voz; el pozo de Sicar; el compendio del catecismo, la hora santa; el Dios de cada día, para que tengas vida, que en esta vida no es poco, consolar con la palabra: "escucha y consuelo",  agradar con el conocimiento; enseñar al que no sabe y además se muestra dócil para aprender. No hay nada más nuevo, más revolucionario, más contracorriente, que volver a tu raíces, a esa casa donde sembraron tu semilla olvidada, la semilla del espíritu que levanta los ojos y recuerda, para rescatar del estadio polvoriento de tu memoria, aquellas oraciones que suenan a campanas de Angelus. Unirse progresivamente a la comunión de los santos y como dice por allí un buen sacerdote: "porque es bueno, estar juntos, que Dios nos bendiga a todos"... enganchados o no a Radio María....escucha tu corazón.  

jueves, 26 de mayo de 2016

LA INSOPORTABLE MAGNITUD DEL SER

EL CORPUS


La Procesión Principal de las Procesiones. La Función Principal de los Desfiles Procesionales en la calle, la más Solemne y Antigua manifestación de Fe popular; la que sigue siendo Jueves que reluce más que el sol de los únicos tres jueves que restan en el almanaque devocional de las Españas. Se cuestiona en la ciudad de las posturas contrastadas, por su insufrible tiempo de paso -desde los carráncanos hasta la Custodia (más de tres horas). Circunstancia real que ha propiciado el notable descenso de espectadores en los últimos años, sobre todo a las primeras horas del recorrido, frente al incremento de público que se produce, según avanza la mañana, alrededor del altar que preside el Señor de la Sagrada Cena, dispuesto en las andas procesionales del cotitular Cristo de la Humildad y Paciencia. La elegante mañana con sabor a menta, romero y juncia, en la que Dios se presenta en la calle para devolvernos la Adoración perpetua de los adoradores, ha perdido en su nivel de convocatoria, lo que ha ganado en la masiva participación de acompañantes en el cortejo, en representación de sus respectivos cofrades de Hermandades Sacramentales, de Penitencia y de Gloria. ¿Algo pasa?, cuando se relaja de manera ostensible la participación de público; el número de altares y escaparates, para concentrar el interés en el traslado de vuelta del Señor de la Cena, con todos los avíos de procesión de Semana Santa y el atractivo de la Banda de Música de la popular Cigarreras. Muchos de los comercios tradicionales de los Placentines, Francos Chapineros, han cerrado, cediendo el paso a las franquicias desarraigadas; las Hermandades están cansadas de invertir en tiempo y dinero, montando sus tradicionales altares, ante la indolencia y falta de colaboración del Cabildo (Catedral yMunicipal), la gente -cada vez más cómoda, opta por contemplar plácidamente la Procesión, desde sus hogares y sofás, evitando molestias de sol y calor de justicia; los jartibles de las redes sociales, se conforman con pasar fotografías desde su móvil o sentados frente al portátil, llenando las páginas de contenido cofrade, del directo y la inmediatez vertiginosa. Todo se sabe de antemano, todo se comparte desde las nuevas tecnologías, todo se anticipa, por vía “feibu-tuiter-wuasap”; todo se adelanta y comenta, antes del tiempo real y el espacio adecuado. “Ahora, te veo por tv; levanta la mano, sonríe, saluda con el pulgar. Todas estas circunstancias propias de nuestros tiempos, relativizan la presencia de los fieles a la Magna Procesión y subrayan la presencia multitudinaria de las representaciones de Hermandades y Cofradías, que son las que realmente han de manifestar públicamente su fe católica. Y sin embargo, se habla incluso de reducir, el nutrido cortejo de algunas Hermandades que acompañan al Santísimo con luz, debido al buen número de cofrades que participan. ¿Que pasaría, si dichas representaciones, se sumaran al escaso público que contempla la Solemne Procesión del Corpus por algunas calles, restando el número de sus hermanos (númerus clausus)? Pese a todos los condicionantes y excusas de carácter religioso, político y social, que queramos aducir con arreglo a la probable decadencia de la Procesión de las Procesiones, no obstante el posible fideismo que muestra esta ciudad, más interesada por la salida de vuelta del paso del Señor de la Cena aderezado por el atractivo de la banda: lo esencial es que DIOS está en la calle, entronizado en la primorosa custodia del ínclito Arfe, rodeado de toda la elegancia y el esplendor, religioso, político y militar -aunque esto último sea lo más incongruente que se le pueda rendir al honor de los honores: las armas. Y La incuestionable ciudad del postureo y la protestación de Fe popular, se echa a las calles perfumadas de romero, para ALABARLO, Adorarlo y darle Gracias. Por esta mañana preclara, - más que símbolica, presencial- en sus cinco siglos de tradición e historia, no hay nada más que merezca la pena y la gloria -Cielos y Tierra- que, Bendecir al Señor, -Dios está aquí- en el jubileo de las veinticinco campanas de la Torre fortísima, en comunión con todos los alminares y espadañas de la urbe. ¡Venid, adoradores, adoremos! .Hoy es DIOS, por las calles de Sevilla, el Sacramento de nuestra Fe. Más tarde, volverá a ser el Jesús Sacramentado, reservado, íntimo, esencial, que se muestra en el silencio de los Sagrarios, clausuras y Conventos, para su perpetua Adoración.

miércoles, 20 de enero de 2016

"Madrugá" en la U.C.I.



La imagen de la “Madrugá” es el Silencio, la Santa Cruz en Jerusalem alzada para proteger los santos misterios de nuestra religión con el ejemplo de las cofradías maestras de nuestra Semana Santa. Y no el escándalo al que ha llevado una situación que requería compromiso, compostura, sacrificio y humildad. La imagen de la “Madrugá” es la zancada portentosa del Gran Poder; imponente, aplastante, rigurosa e inapelable. Y no la tibieza de espíritu; el choque frontal, la,oposición y la soberbia de presumirse perjudicado. La imagen de la “Madrugá” es sin duda, la Esperanza, el intercambio de ideas y propuestas que faciliten el entendimiento y hagan posible, levantar al Cristo tres veces caído, por los propios intereses, sirviéndonos de Cirineo para alcanzar la cima de un consenso que exige la entrega máxima y la tolerancia cero.
No hace falta acudir al recurso fácil del ser hombres de iglesia, cualidad de la que se debía presumir y sobre todo dar testimonio, como cristianos. Pero aparentemente, los hermanos mayores de la “Madrugá” -independientemente las razones que han esgrimido, pensando en los intereses y el bien de sus respectivas corporaciones- han emborronado la feliz convivencia y armonía fraternal que requiere la jornada más universal de nuestra Semana Santa. No habrá sido por falta de diálogo; por falta de reuniones; por presentación de planes alternativos, por magistral trabajo, en el buen oficio de Diputados Mayores de Gobierno, que sin duda se habrán exprimido los sesos, por ajustar horarios e itinerarios...pero ya puedan hablar el lenguaje de los ángeles, si no hay caridad y amor; si no se trabaja para sí, pero en beneficio de los demás, todo queda en la casa sin barrer. La imagen que se ha ofrecido de la “Madrugá” ha quedado dañada, perjudicada en su esencia, en su doctrina a merced del escándalo y presa del escarnio mediático, que sirve de carnaza a los carroñeros que aguardan frotándose los picos, para arremeter contra un ambiente social y político bastante contaminado. Si los cofrades y cristianos, no estamos por la labor a que nos exhorta el papa Francisco, sobre todo en este año jubilar de la Misericordia: “por Tu Dolorosa Pasión; misericordia Señor...” Si los Hermanos Mayores, con sus juntas de Gobierno apiñadas, no se ofrecen -incondicionalmente- a proclamar las grandezas del Señor, sea cual fuere el tenor de su sacrificio; aunque sean las que siempre continúan siendo las más sacrificadas -sin nombrar las que todos sabemos- con la humildad, con la infinita humildad de crear en las demás corporaciones dependencia, siempre de las más perjudicadas, para así, testimoniar la grandeza que se puede alcanzar con la humildad: “que más puedo hacer por vosotros”. Da igual que tuviera que alargar mi itinerario, si el rodeo beneficia a mis hermanos, ¡bendito sea!. Da igual que permutara mi sitio -siete veces- hasta setenta veces siete, si con la permuta beneficio a mis hermanos, ¡bendito sea el Señor! Da igual si mi recorrido y horario, resulta vertiginoso...por un año -ad experimentum- merece la pena probar el ejercicio de caridad, por el bien de todos. Y si resulta imposible, la intención, la buena intención y el sacrificio es lo que basta. Pero si se logran los beneficios perseguidos y se consigue la gracia del acierto, por el sacrificio desinteresado de cualquier hermandad que se preste, habremos dado el testimonio que todo el mundo espera de las Cofradías sevillanas., que no es otro que la Misericordia en este año jubilar, que está pidiendo a gritos, desagraviar la imagen que estamos dando de la “Madrugá” única y en comunión: la noche más hermosa.



sábado, 2 de mayo de 2015

Extrañas sensaciones





Dicen que los recuerdos, tienen sonido, olores y sabores. Ayer tarde, la Banda de música militar que acompañaba a la Carreta del Simpecado de la Hermandad del Rocío de Sevilla, me hizo volver a ser aquel niño, que en la mañana abrumada de Mayo, contemplaba de la mano de mi madre, la salida hacia el Rocío de la Hermandad del Salvador. Parece que fue ayer, y ha pasado la friolera de 50 años, cuando volvía a resonar en mi corazón pueril, los sones del himno nacional, confundido por el repique de júbilo de las campanas de la Giralda y la carrera de plata, iniciaba su parsimoniosa vuelta al compás de un pasodoble cañí. Extraña sensación la vivida en la Plaza Virgen de los Reyes, donde minutos antes, la Carreta de Plata esperaba al Simpecado, rodeada de un ávido turismo oriental entusiasmado con el sonido del tamboril, el cual arrancaba un compás de palmas improvisadas y un aluvión de cámaras alzadas por brazos en paralelos, como queriendo inmortalizar la conocida banda sonora del camino rociero. Los amigos nos mirábamos con un gesto de desdén y una frase repetida: “esto no pega...no lo veo” -el sevillano tildado de rancio, quiere pasos en la calle, con sus correspondientes marchas de semana santa y gloria-¿ habrá Vírgenes de Gloria en Sevilla??...¿que pinta una Carreta a veinte días del Rocío...esto que es, un traslado; una procesión; una romería; un cincuentenario? Estas y otras cuestiones, pasaban por la mente de quienes contemplamos a Sevilla, cada vez más perdida en sus esencias, cada vez más arbitraria y desmedida, cada vez más dada al espectáculo gratuito en la calle. Y es que Sevilla, en pleno esplendor de su primavera, a tan solo un mes de su pasada Semana Santa, a una semana después de su incomparable Feria de Abril, llega mayo y no se conforma con la intimidad de un Pregón de las Glorias en el patio más antiguo de su arquitectura mozárabe, sino que necesita el Altar del jubileo de su Santa Catedral, para dignificar un Pregón que se escapa por la multitud de puertas de su Seo, convertida en “parque temático”, por la gracia de un Cabildo con afán recaudador y la estrecha vigilancia de los Seguratas, implacables en cumplir las órdenes de cerrarte el paso. Nadie hablará del Pregón, cuando hallamos cenado, comentaba un “sabueso” cofrade y amigo, para añadir el mejor dicho, refiriéndose al ágape, con el que se homenajea al Pregonero, dándose al mismo tiempo el suculento homenaje, los altos cargos del Consejo, Hermandades y Autoridades civiles y militares de la ciudad. A ritmo de pasodobles “cañí”, avanzaba la Carreta de plata por Alemanes, no era precisamente el empalagoso perfume de azahar mezclado con el incienso, el que trasminaba la tarde, más bien cierro la boca imprudente e inocente de aquel niño que mandaba callar su padre. Ni siquiera puedo responder a tantas preguntas, como las que se hacían los profanos y turistas en la calle: ¿La Virgen es la imagen chiquetita que se ve en la orla...cómo se llama esta cofradía...ya se va para el Rocío...de donde sale...lleva costaleros...y los caballistas?. Se quejaba Sevilla, sonriente y sarcástica: “no hay manera de sacar una foto limpia, ante la proliferación desmesurada de “palos de selfies”, sin dejar de disfrutar, pero poniéndole pega a todo lo que veían sus ojos, llenos de pajas ajenas; saludos cordiales para el paseillo de los “arguacilillos del arte sacro”, el resto de la multitud de fotógrafos reflex aficionados, toreando el el ruedo de prensa gratuita; buscando gradas, poyetes y lo peor, plantando la escalerilla, para elevarse al albedrío; nadie respeta a nadie, todos buscando la foto imposible por repetitiva, que llame más la atención en las redes sociales. Las pizarras de los bares y cafeterías, donde el respetable usuario, no se digna a ponerse en pié, al paso de la Divinidad, competían con las otras pizarras digitales, llamadas “tables”, que neutralizan cualquier intento de encuadre o enfoque a su alrededor. Extrañas sensaciones todas, que distorsionan el sentido de lo espiritual y lo mezclan en un cóctel apasionante, profano, lúdico, religioso, donde en lo general, todos disfrutamos del ambiente, tanto los propios, como los extraños, pero que en particular, terminamos preguntándonos: ¿hay tanta necesidad, para tanto sinsentido...o hay tanto sinsentido para tanta necesidad?

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